La ropa de cama dejó de ser un simple accesorio. Es parte esencial del dormitorio y de las atmósferas que se componen en él.
En este apartado, el 2026 se proyecta como un año en el que el estilo natural y minimalista será una de las tendencias más marcadas. La apuesta es por construir espacios que generen calma, orden y potencien el bienestar.
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El boom del look natural y minimalista
En una entrevista con la revista especializada El Mueble, Marcio Kaufman, CEO y fundador de la firma de textiles y wellness Voucler, explicó que la clave está en elegir tonos suaves y envolventes como arena, piedra y blanco roto. Se pueden combinar con otros verde salvia o beige.
“Los tejidos ponen el foco en la sensación táctil, con mezclas de algodón satén, lino lavado y fibras de bambú que transmiten frescura y ligereza”, explicó el especialista. Desde su punto de vista, no hay dudas en la relación que hay entre la ropa de cama y la calidad de vida. “La elección adecuada favorece la regulación térmica, la suavidad en el contacto con la piel y la sensación de confort. Todo ello ayuda a conciliar y mantener un sueño más reparador", dijo Kaufman.
El estilo natural es el más demandado porque genera una atmósfera de paz y orden. Sin embargo, cada vez más personas se animan a sumar color a través de detalles como fundas de almohada o plaids, logrando personalizar el dormitorio sin perder armonía. La tendencia también apunta a la sostenibilidad y la funcionalidad.
La inspiración hotelera y el confort XL
Otra tendencia que pisa fuerte es el look hotelero: camas grandes (Queen, King y Super King), con varias capas de almohadas y cojines que suman confort y sofisticación. El objetivo es claro: transformar el dormitorio en un refugio generoso, acogedor y estéticamente cuidado.
El algodón 100% de fibra larga sigue siendo el favorito para sábanas y fundas, sobre todo en su versión satén, por su suavidad y brillo. El bambú aporta un efecto “skincare” gracias a su suavidad y capacidad de mantener la temperatura ideal, mientras que el lino suma un aire natural y una ventilación excelente, ideal para quienes buscan un estilo relajado y elegante.
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Cómo reconocer la calidad en la ropa de cama
“La calidad se nota al primer contacto: una tela suave, que respira y no genera pilling, refleja un tejido bien elaborado”, explicó Kaufman. A largo plazo, la diferencia está en que la pieza mantiene su color, suavidad y resistencia tras cada lavado.
Al elegir, hay que mirar tres puntos clave en la etiqueta:
- Número de hilos: a partir de 200 ya hay buena calidad, pero entre 300 y 800 hilos se siente el verdadero lujo.
- Composición: lo ideal es algodón 100% de fibra larga, fibra de bambú o mezclas con lino.
- Certificaciones sostenibles: como OEKO-TEX o algodón orgánico, que garantizan seguridad y responsabilidad ambiental.
Cómo renovar el look de la cama sin gastar de más
De acuerdo con el portal mencionado, es clave tener en cuenta:
- ¿Qué piezas renovar primero? Un juego de fundas nórdicas y fundas de almohada puede transformar por completo el look de la cama.
- ¿Qué colores o texturas suman modernidad al instante? Los tonos neutros cálidos (arena, piedra, terracota) combinados con bordados o texturas en relieve.
- ¿Cómo combinar estampados y lisos sin recargar? El equilibrio es la clave: un estampado principal en la funda nórdica y cojines o sábanas en colores lisos coordinados. También funciona jugar con una paleta de dos o tres tonos y repetirlos en distintas piezas.