La rutina en el baño cambió para siempre. Los washlets, esos inodoros inteligentes que limpian con chorros de agua, secan y hasta levantan la tapa solos, llegaron para quedarse y dejan al papel higiénico en el pasado.
Esta tecnología, que nació en Japón y se expandió por todo el mundo, ofrece una limpieza mucho más profunda y suave para la piel. El agua reemplaza al papel, cuida zonas sensibles y reduce el riesgo de irritaciones, algo clave para quienes sufren molestias o buscan un plus de higiene.
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Pero no es solo cuestión de comodidad. El impacto ecológico es enorme: menos papel significa menos residuos y menos riesgo de tapar el inodoro. Además, a largo plazo, el ahorro económico es notable, ya que se reduce el consumo de rollos y productos descartables.

Por qué cada vez más argentinos eligen los inodoros inteligentes
Aunque en la Argentina la tendencia recién empieza, cada vez más familias apuestan por los bidets eléctricos o manuales. Se ven sobre todo en casas nuevas o en remodelaciones, donde la inversión inicial se compensa con el confort y la sustentabilidad que ofrecen estos sistemas.
Entre las ventajas más destacadas, los usuarios resaltan:
- Limpieza profunda y eficaz, muy superior al papel.
- Cuidado de la piel, ideal para personas con sensibilidad o problemas dermatológicos.
- Menos desechos, más ecológico y ahorro a largo plazo.
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Una apuesta al futuro: confort y conciencia ambiental
El cambio puede parecer raro al principio, pero muchos de quienes prueban los washlets no quieren volver atrás. La experiencia de limpieza, el confort y la tranquilidad de estar cuidando el planeta hacen que cada vez más argentinos se animen a dar el salto.