Hay personas que acostumbran a ordenar toda su casa por la noche antes de dormir, muchas veces porque no tienen tiempo durante el día o simplemente para dejar todo listo para el otro. Para la psicología, este comportamiento es más que una simple costumbre, si no que puede estar relacionado con distintos factores.
Especialistas aseguran que ordenar el hogar antes de dormir funciona como un cierre emocional del día. El acto de limpiar o acomodar ayuda al cerebro a procesar lo que pasó, reducir la ansiedad y generar una sensación de control.
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Además, quienes sienten la necesidad de dejar todo impecable antes de dormir suelen tener una alta necesidad de organización y previsibilidad. Según los psicólogos, este hábito puede ser una respuesta a momentos de estrés o incertidumbre, ya que mantener el entorno limpio les da una sensación de seguridad y calma.
No es solo una cuestión de orden visual, sino que tener la casa ordenada antes de acostarse puede mejorar la calidad del descanso. Levantarse en un ambiente prolijo reduce el estrés matutino y permite empezar el día con más tranquilidad.
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Sin embargo, los expertos advierten que si la necesidad de ordenar se vuelve compulsiva o genera culpa al no hacerlo, puede ser una manifestación de autoexigencia o perfeccionismo.