Las bolsas de tela se consolidaron como la gran reemplazante de las de plástico en supermercados y ferias. Sin embargo, hoy parecen estar cediendo terreno frente a un nuevo producto que llegó para quedarse: las bolsas de malla.
Fabricadas con materiales reutilizables, las bolsas de malla combinan resistencia, ligereza y practicidad. Su diseño flexible permite transportar desde frutas y verduras hasta artículos más pesados, sin riesgo de que se rompan.
Uno de sus principales atractivos es que ocupan muy poco espacio: pueden doblarse y guardarse fácilmente en la cartera, la mochila o incluso en un bolsillo.
Leé también: Cómo eliminar el moho de la cortina de baño con un truco casero y sin gastar nada

Ventajas frente a la bolsa de tela
A diferencia de las de tela tradicional, las bolsas de malla se secan rápido, no retienen olores y son mucho más fáciles de limpiar. Esto las convierte en una opción más higiénica y duradera, ideal para el uso cotidiano.
Además, al ser livianas pero resistentes, resultan cómodas para quienes hacen compras frecuentes y no quieren cargar con accesorios pesados.
Leé también: Adiós al bidet: el nuevo aparato que es tendencia para el baño en 2025
El auge de estas bolsas no responde solo a la moda: también está impulsado por una mayor conciencia ecológica. Al ser reutilizables y duraderas, reducen el uso de bolsas plásticas de un solo uso y ayudan a disminuir la generación de residuos.
Otro punto a favor es su precio accesible, que las convierte en una inversión a largo plazo. Quien adquiere una bolsa de malla puede usarla durante meses —incluso años— sin necesidad de reemplazarla.