Tener un limonero en maceta es un verdadero placer: no solo embellece y perfuma el balcón o el jardín, sino que también brinda limones frescos durante todo el año.
Pero, según advierten los expertos en jardinería, hay un error muy común que puede poner en riesgo la planta y dejarla sin frutos.
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El problema más habitual es el exceso de riego. Si bien el limonero necesita humedad constante, el agua en demasía puede ser letal.

Cuando el sustrato permanece encharcado, las raíces no reciben suficiente oxígeno y comienzan a pudrirse. Los síntomas aparecen rápidamente: hojas amarillentas, caída del follaje y una notable disminución en la producción de limones.
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Cómo regar tu limonero en maceta y no fallar
- Revisá la tierra antes de regar: meté un dedo unos 2 o 3 centímetros en el sustrato. Si está seco, es momento de regar. Si todavía sentís humedad, esperá un poco más.
- No te pases con la cantidad: regá hasta que el agua empiece a salir por los agujeros de drenaje, pero sin inundar la maceta.
- Adaptá la frecuencia según la estación: en verano, el limonero puede necesitar agua cada 2 o 3 días. En invierno, con una vez por semana suele alcanzar.
- Elegí una maceta con buen drenaje: es fundamental que el recipiente tenga agujeros abajo para evitar que el agua se acumule y las raíces se pudran.