Si tenés un gato, es probable que alguna vez lo hayas encontrado rascando el sillón, una silla o incluso una puerta. Este comportamiento, lejos de ser un simple capricho o una forma de “arruinar” tus muebles, es una conducta natural y necesaria para los felinos.
Aunque muchos no lo sepan, esta actitud les permite liberar energía, marcar territorio y mantener sus músculos activos.
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Los expertos explican que, además de mantener sus uñas en buen estado, rascar es una forma de comunicación. Cuando un gato pasa sus garras por una superficie, deja señales visuales y también químicas, gracias a las glándulas de olor que tienen en las patas. De esta manera, transmite un mensaje a otros animales: “Este lugar es mío”.
Este hábito también puede ser una vía para liberar estrés o ansiedad, en especial si el gato no cuenta con suficientes estímulos en su entorno.
Por eso, en lugar de retarlo, los especialistas recomiendan ofrecerle rascadores adecuados y reforzar de forma positiva su uso. Así, el felino podrá satisfacer su instinto sin dañar tus muebles.
Cómo evitar que tu gato rasque los muebles
Existen juguetes y accesorios especiales que ayudan a que tu felino descargue su energía sin dañar tu casa. Algunas opciones recomendadas por especialistas son:
- rascadores verticales y horizontales con distintas texturas;
- árboles para gatos con plataformas y zonas para trepar;
- alfombrillas de sisal o cartón corrugado;
- postes recubiertos con cuerda natural;
- juguetes interactivos que estimulen el movimiento y el juego.