En la mayoría de los hogares se dividen las tareas domésticas para que todos puedan hacer algo. Sin embargo, puede pasar que haya personas que siempre eviten sacar la basura y le dejen ese rol a sus parejas.
Si bien parece una costumbre insignificante, para la psicología este comportamiento puede revelar mucho más que una simple organización.
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Según algunos psicólogos, cuando una persona prefiere que su pareja saque la basura es porque espera que se encargue él de lo “sucio” de la vida cotidiana, simbólicamente. Es una forma de sentir que el otro cuida de su bienestar, evitando tareas incómodas o que generen rechazo.
Aunque, si esta tarea se suma a muchas otras responsabilidades, puede ser un indicador de desbalance en la distribución de las tareas domésticas. En este marco, estudios en psicología social remarcan que la desigualdad en el reparto de responsabilidades es una de las principales causas de conflictos y desgaste en la pareja.
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Por otro lado, elegir qué tareas hace cada quien puede ser una forma de ejercer control. Si uno de los miembros siempre decide quién hace qué, sin llegar a un consenso, puede estar marcando jerarquía dentro de la relación, algo que a largo plazo genera resentimiento o sensación de injusticia.
También es posible que no tenga un trasfondo psicológico profundo y simplemente sea una cuestión práctica: la persona que sale de la casa más temprano o quien pasa cerca del tacho al irse es quien la saca. En este caso, no implica un mensaje emocional o de roles, sino pura organización de tiempos y rutinas.
