El limón es mucho más que un ingrediente de cocina: también es un gran aliado en el cuidado del hogar. Gracias a su aroma fresco e intenso, es una excelente opción natural para aromatizar ambientes y perfumar los espacios de la casa sin recurrir a productos químicos.
Además de su fragancia agradable, este cítrico posee propiedades antibacterianas y desodorizantes, lo que lo convierte en una alternativa ideal para purificar el aire y mantener un ambiente limpio y fresco, ya sea en la cocina, el baño o cualquier otro rincón del hogar.
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¿Cómo usar las cáscaras de limón para perfumar?
Una de las formas más efectivas es hervir las cáscaras en una olla con agua. Al calentarse, liberan sus aceites esenciales, llenando el ambiente con un aroma fresco que se expande rápidamente.
Para potenciar el efecto, podés sumar una ramita de canela, clavos de olor, jengibre o unas hojas de menta. Esta preparación también puede dejarse enfriar y colocarse en un frasco con rociador para usar como spray casero.
Otra opción es secar las cáscaras al sol y luego colocarlas dentro de pequeñas bolsitas de tela para armar saquitos aromáticos. Son perfectos para cajones, armarios, mochilas, o incluso para colocar debajo de los asientos del auto.
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¿Cada cuánto hay que cambiar las cáscaras?
Si usás las cáscaras frescas hervidas, lo ideal es renovarlas cada 2 o 3 días, ya que con el tiempo pierden su aroma y pueden acumular humedad. En el caso de las secas usadas en bolsitas aromáticas, pueden durar de 2 a 3 semanas, dependiendo del ambiente. Cuando notes que el perfume se desvanece, es momento de reemplazarlas.
