En muchas casas, sobre todo en zonas rurales o calurosas, es común ver bolsas transparentes llenas de agua que cuelgan en puertas, ventanas o incluso techos. A primera vista puede parecer una solución casera de decoración, pero en realidad, esta práctica tiene un objetivo práctico.
¿Por qué se colocan bolsas con agua en ventanas o puertas?
Según quienes utilizan este método, el reflejo de la luz en el agua confunde a las moscas y otros insectos voladores. Algunos incluso colocan monedas dentro de la bolsa para potenciar este efecto visual. La teoría es que los ojos compuestos de las moscas perciben los reflejos como una especie de amenaza o barrera, lo que las lleva a alejarse del lugar.

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Este recurso casero, transmitido de generación en generación es popular en países de clima cálido y húmedo, donde los insectos tienden a invadir los hogares en busca de comida y sombra. Si bien no hay estudios científicos concluyentes que respalden su eficacia total, muchas personas aseguran que funciona.
Los materiales son simples: una bolsa plástica transparente (tipo ziploc o similar), agua, una o dos monedas, y algo para colgarla, como hilo o soga. Se cuelga a la altura del rostro, cerca de las puertas o ventanas por donde suelen entrar los insectos.
Aunque no reemplaza métodos más modernos como los insecticidas o los mosquiteros, esta práctica tiene el valor de ser ecológica, económica y libre de químicos, por lo que sigue vigente en muchos hogares.

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¿Qué dice la ciencia sobre las bolsas con agua para espantar moscas?
Hasta el momento, no hay estudios científicos concluyentes que respalden con firmeza que colgar bolsas con agua sea un método eficaz para repeler moscas. Sin embargo, hay algunas teorías que intentan explicar por qué podría funcionar en ciertos casos:
1. La teoría del reflejo y la visión compuesta
Las moscas tienen ojos compuestos, con miles de lentes que les permiten detectar movimientos y reflejos con gran sensibilidad. Según esta teoría, los reflejos de luz que genera el agua —especialmente si hay monedas u objetos metálicos dentro— confundirían o desorientarían a los insectos, haciéndoles creer que hay una amenaza o una trampa.
2. La distorsión visual
Otra hipótesis es que la bolsa actúa como una especie de lente distorsionada que afecta la percepción espacial de la mosca, provocando que evite acercarse. Esta teoría también se basa en el funcionamiento particular de sus ojos.
3. Efecto placebo (para humanos)
Algunos investigadores y entomólogos sugieren que el método puede tener un efecto placebo: las personas perciben que hay menos moscas, pero esto no siempre se corresponde con una disminución real. También influye el entorno, la limpieza y otras medidas de control.