La sal gruesa no es solo un ingrediente indispensable en la cocina, sino que para muchas creencias, está relacionada a rituales de limpieza energética y prácticas de cuidado personal.
En este marco, existe un método que pocas personas conocen, pero es recomendado para purificar el ambiente y relajar el cuerpo.
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Según diversas corrientes, la sal se destaca por su capacidad de absorber energías negativas y limpiar el aura. Al utilizarla en la ducha, se cree que ayuda a eliminar cargas emocionales o tensiones acumuladas durante el día, dejando una sensación de ligereza y renovación.

Por otro lado, en cuanto al cuidado personal, expertos en cosmética natural destacan que la sal gruesa actúa como un exfoliante natural, eliminando células muertas de la piel y favoreciendo su renovación.
Cómo usar la sal en la ducha paso a paso
- Tomá un puñado de sal gruesa y colocala en la mano. Podés mezclarla con un poco de agua para humedecerla.
- Frotá suavemente sobre la piel húmeda y hacé movimientos circulares en brazos, piernas y espalda, evitando zonas sensibles o heridas.
- Dejá actuar unos segundos y aprovechá para respirar profundo y relajarte.
- Enjuagá bien con agua tibia, retirando todo el exceso.
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Beneficios de usar sal en la ducha
- Limpieza energética y emocional.
- Exfoliación natural.
- Estimula la circulación.
- Sensación de frescura y renovación.
Es importante que no uses sal sobre piel irritada, con heridas abiertas o muy sensible, ya que puede generar ardor.