Si convivís con un gato, es posible que más de una vez se te sentó encima mientras trabajabas, leías o estabas acostado.
Aunque algunos lo interpretan como una búsqueda de calor o comodidad, los etólogos, especialistas en conducta animal, señalan que también es una forma de crear vínculo y marcar territorio afectivo.
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Los gatos son muy sensibles a la energía de su entorno. Sentarse encima tuyo no solo les proporciona una superficie tibia y estable, sino que también les permite estar en contacto directo con tu olor, tu respiración y tus latidos. Esto los tranquiliza y refuerza su sensación de seguridad emocional.
Además, se cree que este comportamiento está relacionado con su instinto de protección y pertenencia. Cuando eligen sentarse sobre una persona en particular, es porque la consideran parte de su círculo de confianza. En otras palabras, es su manera silenciosa de decir “te elijo”.
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Así que la próxima vez que tu gato se acomode sobre vos, más allá de lo incómodo que pueda ser a veces, recordá que muestra uno de los gestos de afecto más claros que puede tener un felino.