Durante los meses fríos, calentar la cama antes de dormir es casi un ritual. Muchas personas todavía usan la clásica bolsa de agua caliente, pero lo cierto es que puede ser riesgosa: si pierde líquido, está mal cerrada o toca directamente la sábana, puede provocar quemaduras o dañar el colchón. Por eso, surgió una alternativa que está ganando popularidad y ofrece los mismos beneficios, pero sin los peligros.
Se trata de las almohadillas térmicas eléctricas con apagado automático. Este producto fue pensado para aliviar dolores musculares, pero muchas personas lo usan para precalentar la cama.
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A diferencia de la bolsa de agua, no requiere hervir nada, ni hay riesgo de filtraciones, y su temperatura se regula con un botón. Algunas incluso vienen con fundas lavables y materiales ultrasuaves.
Otro punto a favor es que consumen muy poca energía, especialmente si se usan solo unos minutos antes de acostarse. Y gracias a su diseño plano y flexible, pueden colocarse entre las sábanas sin dejar marcas ni riesgo de quemaduras, ya que la mayoría cuenta con sensores que detectan sobrecalentamiento.
¿Por qué cada vez más personas eligen la almohadilla térmica?
- Es más segura que la bolsa de agua: no hay líquidos calientes, ni riesgo de pérdidas.
- Tiene control de temperatura: se puede regular según la necesidad y se apaga sola.
- Calienta más rápido: en pocos minutos la cama ya está templada.
- Es reutilizable y fácil de guardar: no ocupa lugar y dura años.
- Sirve también para dolores musculares: se puede usar en la espalda, cuello o abdomen.
