Durante años, el jabón en barra fue un infaltable en la ducha, pero ahora pierde terreno frente a una alternativa que promete mejores resultados.
Se trata del jabón líquido, una opción cada vez más elegida por su practicidad, rendimiento y variedad de aromas duraderos.
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El principal beneficio de este, a diferencia del jabón tradicional, es que no se desgasta tan rápido y permite una aplicación más uniforme.

Otro punto clave es su capacidad para dejar un perfume más intenso en la piel. Muchas fórmulas incorporan fragancias sofisticadas, aceites esenciales y agentes hidratantes.
En cuanto al costo, aunque a simple vista el jabón líquido parece más caro, la realidad es que rinde mucho más. Usado con esponja vegetal, se necesita una cantidad mínima para generar espuma y limpiar a fondo. Así, una botella puede durar semanas o incluso meses, al hacer que el gasto final sea menor al de comprar varias pastillas de jabón en barra.
Otro punto a destacar es que el jabón en barra, al estar expuesto al aire y al contacto constante con las manos húmedas, puede acumular bacterias con facilidad.
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En cambio, el jabón líquido se mantiene sellado dentro del envase, lo que lo convierte en una opción más segura, sobre todo en baños compartidos.