La salud mental de los jóvenes argentinos está comprometida. Así lo indica el informe “El estado mental del mundo en 2024”, elaborado por el Global Mind Project, que analiza más de un millón de encuestas realizadas en 82 países durante los años 2023 y 2024. El estudio utiliza el Cociente de Salud Mental (MHQ), un indicador que mide 47 aspectos del funcionamiento emocional, cognitivo y social de las personas.
Según los resultados, el 41% de los jóvenes argentinos entre 18 y 34 años con acceso a internet está clasificado como “angustiado o luchando”, es decir, padece un nivel de malestar que compromete su capacidad funcional.
El dato adquiere mayor relevancia cuando se contrasta con la situación de los adultos mayores de 55 años, también en Argentina, cuyo puntaje promedio en el MHQ supera los 100 puntos. Esta cifra ubica al país dentro del grupo de naciones donde los adultos mayores presentan un nivel considerado saludable según los parámetros del estudio. La brecha generacional es consistente con lo observado a nivel global, pero en el caso argentino, la distancia entre ambos grupos etarios resulta más marcada.
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En promedio, los adultos jóvenes argentinos se sitúan en una franja inferior a los 50 puntos del índice MHQ, similar a lo observado en otros países latinoamericanos como Colombia, Bolivia o Paraguay. A nivel metodológico, el informe se basa en una encuesta digital disponible en 17 idiomas que indaga sobre funciones mentales específicas vinculadas al aprendizaje, la atención, la regulación emocional, la motivación, la interacción social y la percepción de uno mismo.

A nivel global, el informe muestra que los puntajes de salud mental entre los jóvenes han caído de forma sostenida desde 2019. En ocho países angloparlantes donde se viene midiendo el índice MHQ desde ese año, el promedio para menores de 35 años bajó de 90 puntos a menos de 60 en cinco años. Esta caída es más pronunciada en países desarrollados, donde el descenso coincide con un mayor nivel de inversión en servicios de salud mental, lo que refuerza la hipótesis de que el deterioro tiene causas estructurales más allá del acceso al tratamiento.
Las alertas
Entre los síntomas más reportados por los jóvenes en los 82 países relevados, se destacan los pensamientos obsesivos, la disociación, el insomnio y la sensación de desesperanza. Estas experiencias afectan directamente la funcionalidad cotidiana, e interfieren con el desempeño educativo, laboral y social. El 42% de los encuestados jóvenes declara dificultades graves para gestionar el estrés, y un porcentaje similar reporta alteraciones importantes en la calidad del sueño, la alimentación y el control emocional.
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Investigaciones locales refuerzan este diagnóstico. Una encuesta del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la UBA señaló que el 45% de la población argentina presenta alteraciones en el sueño, una dimensión clave para el equilibrio mental.
Entre quienes reportaron dificultades, el 28,9% tiene problemas para conciliar el sueño, el 29% para mantenerlo, y el 30% se despierta antes de lo deseado. Estas disrupciones afectan la memoria, la concentración y el bienestar emocional, y suelen estar asociadas al estrés sostenido. Asimismo, el estudio de Voices! y WIN International, Argentina es el segundo país con mayores niveles de estrés entre 39 naciones, y este indicador se eleva aún más entre las mujeres y los jóvenes adultos de entre 25 y 34 años.

¿Y en el trabajo cómo andamos?
En el plano laboral, un informe elaborado por WeWork y Michael Page revela que el 61% de los colaboradores argentinos considera que su salud mental mejoró desde que trabaja bajo un modelo híbrido. Además, el 65% afirmó que su productividad aumentó. Esta relación entre flexibilidad laboral y bienestar emocional es una de las claves para entender cómo las condiciones del entorno impactan sobre la salud de la mente.
El mismo informe indica que el 78% de los argentinos elige el esquema híbrido por sobre el presencial, y que el 82% considera que este modelo mejora significativamente su calidad de vida. Casi la mitad de los encuestados siente mayor compromiso con su organización cuando puede organizar sus tiempos y espacios de trabajo.
Rocío Robledo, directora de WeWork Cono Sur, destaca que las oficinas ya no se definen por sus metros cuadrados, sino por el valor que aportan a las personas. Este cambio de paradigma lleva a muchas compañías a rediseñar espacios, políticas y culturas para integrar el bienestar en sus estructuras.

En línea con esta tendencia, un estudio de Adecco señala que el 65% de los trabajadores argentinos afirma haber sido afectado por el síndrome de burnout. Entre las principales causas se identifican la sobrecarga laboral, la falta de apoyo de líderes y la asunción de tareas adicionales tras despidos o renuncias.
El burnout, definido por la Organización Mundial de la Salud, no es un simple cansancio, sino un estado de agotamiento emocional, despersonalización y reducción del rendimiento profesional que puede derivar en trastornos más severos si no se aborda. Julián Blausztein, gerente de Cultura y Desarrollo de Adecco Argentina, señala que uno de los síntomas más frecuentes es la imposibilidad de tomar pausas, lo que afecta no solo la salud física, sino también la creatividad y la capacidad de respuesta.
Adecco propone tres ejes de acción para enfrentar este escenario: fomentar la flexibilidad con propósito, consolidar una cultura del cuidado basada en la confianza y desplegar programas integrales de bienestar que incluyan apoyo emocional, herramientas financieras y políticas medioambientales. Para Blausztein, el bienestar ya no puede depender de iniciativas aisladas ni de la voluntad individual. Debe ser parte del diseño organizacional.

También desde la Federación Internacional de Coaching (ICF) se advierte sobre la necesidad de atender los signos del agotamiento. La organización sugiere establecer límites claros entre la vida personal y el trabajo, desconectarse digitalmente fuera del horario laboral, organizar tareas con tiempos de descanso y cultivar actividades recreativas. Además, resalta la importancia de construir redes de contención dentro y fuera del ámbito profesional. El coaching aparece aquí como una herramienta complementaria para abordar el estrés crónico y acompañar procesos de cambio.
En este escenario surgieron iniciativas vinculadas a la salud mental en los mas chicos. La asociación Chicos.net y Save the Children lanzaron en 2025 una nueva edición del concurso “Zoom a tus derechos”, que invita a niñas, niños y adolescentes a participar de un “desafío de desconexión”. La propuesta consiste en estar 24 horas sin dispositivos digitales y registrar sus emociones y reflexiones.
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La iniciativa busca abrir un diálogo sobre el bienestar digital y los efectos del uso intensivo de redes sociales. Andrea Urbas, directora de Chicos.net, explicó que la desconexión es una experiencia pedagógica que permite a los adolescentes tomar conciencia del impacto que tiene la tecnología en su bienestar emocional. La propuesta incluye una producción creativa donde los participantes pueden generar contenidos para compartir con sus pares, familias, escuelas, plataformas digitales y gobiernos. Erica Marcos, de Save the Children, señaló que es indispensable avanzar hacia una regulación efectiva y una ciudadanía digital que garantice espacios seguros, críticos y respetuosos para las infancias.
Este entramado de estudios, diagnósticos y propuestas muestra que la salud de la mente ya no es un tema marginal ni un problema individual. Abarca dimensiones personales, laborales, ambientales, digitales y sociales, y se expresa con más fuerza entre los más jóvenes. Los datos y testimonios recogidos dan cuenta de una transformación cultural en curso, donde el bienestar deja de ser una consecuencia para convertirse en una condición necesaria.
Créditos:
Infografía y portada: Iván Paulucci y Sebastián Neduchal (Videolab)