En invierno, mantener el hogar cálido es una prioridad, pero también un desafío económico. Muchas personas prenden la estufa o el aire acondicionado durante horas sin saber si realmente es necesario, lo que termina reflejándose en facturas elevadas de gas o electricidad.
El error más común es calefaccionar los ambientes por más tiempo del necesario o dejar la calefacción encendida durante toda la noche. Esto no solo incrementa el consumo, sino que también puede ser perjudicial para la salud, especialmente en habitaciones cerradas sin ventilación.
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La clave está en mantener una temperatura constante y moderada. Los especialistas recomiendan calefaccionar durante lapsos específicos y en momentos estratégicos del día, como antes de levantarse o al volver del trabajo.
Además, otro punto a tener en cuenta es conservar el calor dentro del ambiente, sellando bien puertas y ventanas.
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Para optimizar el uso de la calefacción y evitar gastos innecesarios, es importante tener en cuenta estos consejos:
- Calefaccionar durante un máximo de 3 a 4 horas continuas en momentos clave del día (a la mañana y a la noche).
- Evitar dejar estufas o calefactores encendidos durante toda la noche.
- Mantener la temperatura entre 20° y 21°C en ambientes principales.
- Aprovechar al máximo la luz solar y cerrar cortinas por la noche para conservar el calor.
- Asegurarse de que los equipos estén en buen estado y bien ubicados.