El invierno está cada vez más cerca y junto con él llegan, indefectiblemente, las bajas temperaturas y la época de usar cada vez más ropa y abrigo. Una prenda fundamental para proteger la cabeza y las orejas es el gorro de lana, que brinda una sensación de protección extra ante la hostilidad del frío. Si bien es una prenda común en cualquier armario, muy pocos saben para qué sirve el pequeño pompón que está en la parte de arriba y cuándo comenzó a utilizarse.
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Aunque parezca una pregunta fácil de responder, los expertos y estudiosos de la moda y la indumentaria no se ponen de acuerdo a la hora de señalar el momento de inicio de esta tendencia que continúa en la actualidad. Algunos sostienen que comenzó a mediados del siglo XIX, mientras que otros se van más atrás en el tiempo y aseguran que los vikingos ya los utilizaban en el año 1200.
Cuándo comenzaron a usarse los gorros de lana con pompones
Hay una primera hipótesis que señala que los pompones en los gorritos de lana no tendrían una función meramente decorativa, sino que cumplen con una tarea muy específica y que tuvo su comienzo en Francia en 1858. Durante un viaje oficial de la emperatriz Eugenia, una ola golpeó fuertemente el barco en el que viajaba y uno de sus escoltas de la marina francesa se golpeó la cabeza contra el techo.

La gobernante le ofreció su pañuelo para que se seque la sangre, y el soldado le comentó que estos accidentes eran muy comunes a bordo por la estrechez de los pasillos de los navíos y por la baja estatura de los techos. A raíz de esa situación, se les habrían agregado esas borlas de lana a los gorros de la marina para amortiguar el impacto de los golpes.
Existe otra explicación que se remonta hasta el siglo XIII, en plena era de los vikingos, y que se sustenta en la estatua de Rällinge, una figura de bronce descubierta en Suecia en 1904 que representa la figura del dios vikingo Freyr. En esta estatuilla, que data aproximadamente del año 1200, la deidad aparece vestida con una especie de casco o gorro puntiagudo coronado por un pompón.
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Pese a que muchos aseguran que la borla cumple solo una función estética o, a lo mucho, un rol de ayudar a quitarse el gorro con más facilidad, en la historia hay ejemplos de sobra de que podrían haber sido empleadas para señalar pertenencia, rango o estatus. En la iglesia católica, por ejemplo, el color del pompón de los clérigos indicaba su jerarquía u ocupación principal, mientras que en clanes familiares o en regimientos se los utilizaba para reconocer a sus miembros a distancia.
Cuál es la mejor manera para lavar las prendas de lana
Hay una serie de pasos a seguir antes de poner a lavar la ropa de lana, con el fin de preservarla y de estirar su vida útil. En primer lugar, es importante leer la etiqueta porque allí los fabricantes suelen incluir las instrucciones de lavado. Los expertos usualmente recomiendan lavar estas prendas a mano, con agua fría o tibia por debajo de los 30° y jabón suave o específico para lana, que puede ser un shampoo para bebés.

Tras sumergir la prenda y dejarla reposar entre cinco y diez minutos hay que enjuagarla con agua limpia a la misma temperatura para evitar cambios bruscos que puedan encoger la lana. Al momento del secado es clave no retorcerla y secarla en horizontal. Se aconseja evitar colgarla porque el peso mojado la puede deformar.