Una nueva ilusión óptica puso en jaque a miles de usuarios en redes sociales, reavivando el eterno debate sobre cómo se percibe lo que se ve. La imagen en cuestión, compartida masivamente en plataformas como Twitter, muestra a un hombre corriendo en blanco y negro, pero el verdadero misterio no radica en la figura en sí, sino en su dirección: ¿se está acercando al espectador o, por el contrario, se aleja? La falta de una respuesta unánime desató una auténtica batalla de interpretaciones.
Lo que parece una simple imagen estática se convierte en un acertijo que interpela al observador y lo obliga a cuestionar sus propios sentidos. No hay elementos claros en la imagen —como sombras o detalles de rostro— que permitan determinar con precisión el movimiento, lo que abre la puerta a una interpretación completamente subjetiva.
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Esta dualidad en la percepción provocó un sinfín de reacciones en las redes sociales. Usuarios de todo el mundo comparten sus argumentos, comparan experiencias y hasta retan a sus seguidores a “ver lo mismo que ellos”. Lo que para algunos es un corredor acercándose a gran velocidad, para otros es una figura que se aleja decididamente en dirección opuesta. Y en este caso, no hay una verdad universal: ambas respuestas son válidas.

El portal Fact Factories, citado por The Sun, aporta una explicación científica que potenció aún más el debate. Según sus investigaciones, la interpretación de esta ilusión óptica depende de cómo procesa la información visual el cerebro de cada persona.
Aquellos que ven al corredor aproximándose tienden a tener un cerebro “más masculino”, caracterizado por una fuerte capacidad de concentración y un enfoque unidireccional en las tareas. En cambio, quienes lo perciben alejándose presentarían un cerebro “más femenino”, orientado al multitasking y al reconocimiento detallado de patrones visuales.
Lejos de establecer una superioridad entre un tipo de cerebro y otro, el fenómeno revela cómo las diferencias cognitivas pueden condicionar la forma en que interpretamos el entorno. En palabras de los expertos, no se trata de un error visual, sino de una ventana a nuestra mente, un espejo que refleja la forma en que cada individuo decodifica los estímulos que recibe.
La moda de los desafíos visuales
Este nuevo acertijo se suma a la extensa lista de ilusiones ópticas que cada cierto tiempo logran viralizarse y ocupar un lugar central en las conversaciones digitales. Desde figuras que parecen moverse sin hacerlo hasta imágenes con colores que engañan al ojo humano, los retos visuales se han convertido en un pasatiempo colectivo que combina entretenimiento con curiosidad científica. Tal como lo describe Clarín, estos desafíos “enloquecen” a millones de personas alrededor del mundo por su capacidad de confrontar nuestras certezas visuales.
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En este contexto, la ilusión óptica del corredor ha cumplido con creces su propósito: entretener, generar conversación y, sobre todo, recordar que la realidad no siempre es tan objetiva como se cree. Lo que unos ven como obvio, otros lo interpretan de manera diametralmente opuesta. Y es precisamente esa diferencia la que convierte este tipo de fenómenos en un campo fértil para el estudio de la percepción y la neurociencia.
A medida que el reto continúa circulando en redes sociales, es probable que nuevas interpretaciones, teorías e incluso memes sigan surgiendo. Pero más allá de quién tiene razón, lo verdaderamente interesante es lo que esta simple imagen ha revelado sobre todos: que no todos ven lo mismo, incluso cuando estamos mirando exactamente la misma cosa.