Norberto Litvinoff, el sexólogo que enseña a amar sin sufrir, a durar más en la cama y en el alma, es también un hombre que no se avergüenza de decir que ha amado muchas veces y que ha aprendido de cada caída.
“No hay pecado más profundo que haber venido a este mundo y no poder disfrutar”, dice el también sociólogo de 80 años, quien lanza la frase como quien ofrece un mantra cotidiano.
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Litvinoff es en las redes el “Maestro Norberto”, un gurú de la salud sexual que acumula más de tres millones de seguidores entre TikTok e Instagram. Desde su casa en el barrio de Palermo, apodada por sus seguidores como “el Palacio de la calle Paraguay”, enseña algo que muchos dicen buscar pero pocos logran alcanzar: el arte de amar sin sufrir.
Su mensaje -entre lo poético, lo biológico y lo espiritual- es una invitación incómoda y necesaria a repensar el amor.

Para Norberto, el enamoramiento -esa etapa de mariposas en el estómago y euforia compartida- no es más que “una niebla mental” generada por un impulso biológico de apareamiento. “Dura entre tres y nueve meses. Después se desvanece. Lo demás es una nube de pedos que causa mucho dolor y sufrimiento”, sentenció.
Lo dice con crudeza, pero no con cinismo. La propuesta del Maestro es distinguir claramente entre el amor romántico idealizado y el amor verdadero.
“Algunas veces, el enamoramiento puede evolucionar hacia un sentimiento más noble y verdadero. Pero eso no ocurre sin herramientas”, aclaró. Ahí aparece su misión: entregar las herramientas para que, si la pasión inicial se apaga, no se esfume también la relación.

“No dramatizar”, es el consejo que Norberto repite hasta el hartazgo. “Muchas veces los jóvenes viven las relaciones con intensidad pero sin perspectiva. Es importante disfrutar los momentos sublimes, sobre todo al principio, sin posesividad ni celos, sabiendo que todo puede ser transitorio, incluso las rupturas”.
En su mirada, la aceptación de la impermanencia no es resignación, sino una forma de sabiduría emocional. Litvinoff no es un improvisado. Estudió en la Universidad de Buenos Aires, fue docente en casas de estudio como la Universidad de Belgrano, la Universidad de Palermo y el Museo Social Argentino. También cofundó la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH) en 1983, y se convirtió en una figura clave en la sexología nacional.
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“Si tenés celos, estás en la matrix. Si necesitás controlar, estás en la matrix. La relación se convierte en cárcel. El amor es otra cosa”, insistió.
El arte del equilibrio inestable
Para que una relación dure, según el Maestro, no basta con quererse. Hay que ser inteligentes, pacientes, y sobre todo, aprender a sostener un equilibrio que él describe como “siempre inestable”. “Los chinos lo llaman la lucha entre el yin y el yang. El equilibrio no es algo fijo. Cambia cada año, a veces cada mes, a veces incluso durante el mismo día”, precisó.
En esa danza inestable, lo esencial es “aceptar que el otro es distinto” y “no intentar ganar todas las discusiones. Pero tampoco permitirte perder siempre. Buscar un equilibrio beneficioso para ambos, y si hay hijos, para toda la familia”, resumió.

Litvinoff no evade la pregunta inevitable: ¿Qué lugar ocupa el sexo en una relación de pareja?
Su respuesta es diplomática, pero provocadora: “La cosa más hermosa del mundo es hacer el amor con alguien del cual estás enamorado. La segunda más hermosa es hacer el amor aunque no estés enamorado”. Para él, el sexo sin amor puede tener valor y belleza, pero el sexo con amor es “una bendición”. Aun así, advierte: “El amor sin sexo no dura nada en el 90% de los casos”.
Una de las mayores críticas del Maestro hacia la cultura occidental es su ignorancia sobre el sexo. Para él, la mayoría de las personas llegan a la adultez sin conocer su propio cuerpo, ni las técnicas necesarias para tener una vida sexual plena. Ahí entra el tantra, el tao y las enseñanzas milenarias que incorporó en sus viajes por India y China.
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“El principal amor es hacia uno mismo. La principal lealtad es hacia uno mismo”, afirma. Para Norberto, no se trata de egoísmo, sino de autenticidad. “Si te perdés en el otro, la relación fracasa. Si vos no estás bien con vos, no podés estar bien con nadie más”.
En este sentido, propone que la pareja no sea una jaula, sino una plataforma para crecer. Que el amor no sea una fusión simbiótica, sino una danza entre dos seres que se eligen con libertad.
¿Volver con tu ex?
Una de sus posturas más contundentes —y también una de las más compartidas en TikTok— es su rechazo absoluto a volver con una ex pareja. “Visto desde una perspectiva sociológica, volver con la pareja anterior es una de las estupideces más grandes que puede cometer el ser humano. Lo que ya fracasó una vez es muy probable que fracase de nuevo. Y peor”.
Lo dice con tono de advertencia paternal, como si buscara evitar a sus seguidores una repetición innecesaria del sufrimiento.
Lo sorprendente es que, en tiempos donde lo inmediato y lo joven dominan las redes, un hombre de 80 años se haya convertido en una figura viral. En sus videos se lo ve con su camisa desabrochada, hablando sin rodeos. Algunos lo acusan de excéntrico, otros lo veneran como un sabio. Él, mientras tanto, sigue hablando desde su sillón en Palermo, con la mirada pícara de quien no tiene miedo de contar la verdad.
“Lo más importante en la vida es ser fiel a una búsqueda espiritual. Que no sea solitaria. Que signifique una ayuda solidaria al verdadero hermano”, concluyó.