La rúcula es una de las verduras más elegidas por los argentinos a la hora de preparar una rica ensalada. Sin embargo, su conservación puede volverse todo un desafío, ya que si no se guarda de forma correcta tiende a marchitarse en pocos días.
Si bien muchas personas tienden a envolverla en papel aluminio o film para extender su duración y evitar que se pudra, ninguna de estas formas es recomendable. ¿Por qué?
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Estos materiales retienen demasiada humedad y provocan que las hojas se descompongan rápido y se marchiten. Además, al no permitir una correcta circulación de aire, favorece la aparición de moho y malos olores.
La mejor forma de conservar la rúcula por más tiempo
Para que esta verdura de hojas verdes te dure más tiempo con su textura y sabor, lo mejor es elegir un recipiente de vidrio hermético. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar, tenés que lavar bien las hojas para retirar tierra, polvo o restos de otras verduras.

Antes de guardarla, debés secar con cuidado la rúcula con papel de cocina o en una centrifugadora de verduras. Es importante que esté bien seca al momento de conservarla.
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Luego, colocá una capa de papel de cocina en el fondo del recipiente y distribuí la rúcula sobre él, de manera suelta y sin apretarla. Agregá otra capa de papel antes de cerrar el recipiente y guardalo en el cajón de verduras de la heladera, donde la temperatura es regular.
Consejos para mejor la conservación de la rúcula
Cuando la hayas guardado de la forma correcta, lo mejor es revisar cada dos o tres días el estado del papel absorbente y, si está muy húmedo, reemplazarlo por uno nuevo.

También es importante que evites abrir y cerrar el recipiente constantemente, para no alterar la humedad interna.
¿Cuánto dura la rúcula de esta manera?
Con esta técnica de guardado, la rúcula puede mantenerse fresca, crujiente y en buen estado entre cinco y siete días.