En el último tiempo habló mucho sobre los famosos “gastos hormiga”, aquellos gastos pequeños que realizamos en el día a día y que a fin de mes representan un monto bastante mayor del que creíamos y que pueden impactar directamente en nuestra economía, al igual que las grandes compras.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Zúrich reveló que el verdadero desafío no está en el tamaño del gasto, sino en cómo ejercemos el autocontrol financiero. Y la clave, según este estudio, tiene más que ver con nuestras creencias que con nuestras decisiones puntuales.
Leé también: Qué es el “orbiting”, la nueva tendencia tóxica que arrasa entre los jóvenes en redes sociales
Ahora bien, teniendo ya esta premisa en mente, vamos a analizarla de acuerdo a lo postulado en este estudio. Según indican en la revista Personality and Individual Differences, científicos analizaron cómo las personas perciben su propia fuerza de voluntad.
Así, describieron que aquellas personas que creen que tienen un autocontrol débil suelen rendirse con mayor facilidad y tienden a gastar en lo que sea, tanto en gastos hormiga como en gastos grandes. A diferencia de las personas que consideran que tienen un autocontrol fuerte, que tienden a tomar mejores decisiones financieras a largo plazo.
¿Cómo se llegó a esta conclusión? Los expertos estudiaron tanto las creencias personales como los hábitos financieros de más de 300 participantes. Les plantearon distintos escenarios de consumos, desde pequeñas compras tentadoras hasta inversiones un poco más grandes, y observaron que no importaba tanto el monto del gasto, sino cómo reaccionaba cada individuo al impulso del gasto inmediato.
Aquellos con una visión más flexible y optimista sobre su fuerza de voluntad lograban evitar decisiones impulsivas con mayor frecuencia.
Leé también: Conoció un hombre en una app de citas, fueron a un parque, pero resultó ser un “asesino serial en potencia”
Lo interesante es que estas creencias no están determinadas por la educación financiera, ni por el nivel de ingresos, ni por la experiencia previa con el dinero. Según los autores del estudio, se trata más bien de un enfoque mental que puede entrenarse. Esto sugiere que mejorar nuestras finanzas personales no depende únicamente de llevar una planilla de Excel o restringir ciertos consumos, sino de trabajar nuestra mentalidad frente a las decisiones cotidianas.
De esta manera, según la Universidad de Zúrich, la base está en cambiar la forma en que pensamos sobre el autocontrol: si creemos que podemos fortalecerlo, será más fácil actuar en consecuencia. La próxima vez que estés por gastar, más que mirar el precio, tal vez convenga revisar tus creencias.
