La Ruta Nacional 174 que une a Rosario (Santa Fe) con Victoria (Entre Ríos) tendrá nuevo adjudicatario en los próximos meses. A cambio de explotar esa traza, deberá realizar diversas obras de mantenimiento, según se desprende del pliego que dio a conocer Vialidad Nacional en una audiencia pública desarrollada a principios de marzo en la ciudad entrerriana. Sin embargo, decenas de organizaciones ambientalistas piden que se incluya, entre las obligaciones del nuevo concesionario, la instalación de pasafaunas que contribuyan a disminuir las muertes por atropellamientos de animales que se dan sobre esa ruta que atraviesa buena parte de los humedales del Delta del Paraná.
Se necesita con urgencia que el pedido de las organizaciones sea atendido por el secretario de Transporte nacional, Franco Mogetta, ya que la actual concesión vence el próximo martes y todavía no se definió este punto mencionado por el que reclaman más de 70 organizaciones.
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La solución sería que se replique la experiencia de Misiones. En diversas rutas de esa provincia se instalaron puentes y túneles para que la fauna pueda seguir movilizándose sin verse afectada por el paso de autos.
Tal vez el pasafaunas más conocido sea el “ecoducto”, un puente con vegetación selvática que se extiende sobre la Ruta Nacional 101 en Misiones. Pero el pedido es tal vez más simple, ya que la idea principal para el ecosistema de humedales es el desarrollo de túneles por debajo de la traza.
Túneles adaptados
“Los pasafaunas se pueden adaptar a los territorios y a los animales que viven en ellos”, explicó a TN Franco Peruggino, referente del refugio MundoAparte de Rosario, que vio pasar por sus instalaciones decenas de animales atropellados en esa ruta que llegan para ser rehabilitados en el mejor de los casos.

Y agregó: “Proponemos que sean túneles que se camuflen con vegetación natural para ambientarlos y que los animales lo vean como parte de la naturaleza. De esta manera, pasarían por abajo de la ruta y no buscarían hacerlo por arriba de la calzada”.
El referente del refugio fue uno de los presentes en la audiencia pública de principios de marzo, en la que presentaron el plan, brindaron detalles a las autoridades con informes adjuntos e incluso les facilitaron un mapa en el que marcaron puntos críticos donde podrían emplazarse los pasafaunas.

Peruggino resaltó que la empresa que gane la licitación tendrá derecho a la concesión de la traza por los próximos 30 años y es por eso la urgencia de que se incluya este punto entre las obligaciones que contraiga la nueva firma. No quieren que vuelva a pasar un período tan largo para discutir la cuestión: “Quisiéramos que entre las obras que deben hacer incluyan los pasafaunas. Y que instalen, al menos, uno por año”.
Buenos resultados en Misiones
La idea que buscan replicar en la Ruta Nacional 174 tiene su origen en las trazas de Misiones. Los primeros pasafaunas datan de la década de 1990, aunque se siguen instalando hasta hoy.
Para analizar si los animales hacían uso de las estructuras se llevaron a cabo diversas investigaciones con cámaras trampa y los resultados fueron positivos, detalló a TN el biólogo Diego Varela, que forma parte del Instituto de Biología Subtropical del Conicet en Puerto Iguazú.

“A medida que pasan los años, tuvimos muy buenos resultados de especies que van utilizando los pasos de fauna a medida que la vegetación en torno a esas estructuras se va recuperando”, explicó quien, además, es presidente del Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (Ceiba). Y sumó que no sólo hay más especies que lo usan, sino que, además, aumenta la tasa de uso de los pasafaunas.
Otra de las estructuras que dieron sus frutos fueron las alcantarillas. En nada se parecen a las clásicas estructuras que existen en las ciudades, sino que se trata de ductos desarrollados hace unos 50 años y que se hicieron para el drenaje de agua en una de las rutas que pasa por el Parque Nacional Iguazú. En ese sentido, Varela aseguró que encontraron que varios animales las usaron también como pasafaunas: “Registramos cruces de yaguaretés, osos hormigueros y de ocelotes, que son especies amenazadas”.
Seguridad vial
Si bien la conservación de la fauna es uno de los puntos principales de la instalación de los pasafaunas, el biólogo destacó que la seguridad vial es un factor fundamental a la hora de pensar incorporar este tipo de estructuras en rutas que atraviesan ecosistemas con mucha presencia de animales.
Sobre todo, hizo hincapié en los graves perjuicios que pueden ocasionarse a partir del cruce accidental entre un automovilista y un animal grande: “Atropellar a animales grandes, como por ejemplo los carpinchos, puede convertirse en un accidente muy serio con heridos o muertos. El trabajo sobre la interacción de la fauna silvestre en rutas va más allá de la conservación de especies”.
“Los pasafaunas que se instalan en países de primer mundo derivan de cuestiones vinculadas a la seguridad vial”, añadió.
Mapeo nacional
Actualmente, no hay datos certeros sobre la cantidad de atropellamientos de fauna que se dan en las rutas de Argentina.
Para intentar llenar ese vacío, Varela coordina, junto a otros especialistas, la iniciativa de ciencia ciudadana denominada Red Argentina de Monitoreo de Fauna Atropellada. Se trata de un sitio que se nutre a partir de la colaboración de personas que registran y cargan en un mapa colaborativo casos de atropellamientos de fauna en rutas de todo el país.
La premisa del proyecto, contó el biólogo, es “visualizar el problema a nivel nacional y poder identificar cuáles son las áreas más sensibles y las especies más afectadas. Mientras más datos tengamos, podremos generar mejores recomendaciones para mitigar el impacto de los atropellamientos sobre la fauna”.