Es común que los esmaltes de uñas se sequen o espesen con el tiempo, a veces porque se ponen viejos y otras porque los dejamos mal cerrados. Esto sucede debido a la evaporación de algunos de sus componentes, lo que altera su textura y fluidez
Sea cual sea la causa, es muy difícil salvarlos. En general, la gente tiende a tirarlos y comprarse uno nuevo. Pero, existen algunos trucos a los que podemos recurrir cuando esto pasa y así, evitamos desperdiciar producto y gastar de más.
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Si bien una de las soluciones solía ser colocarle algunas gotitas de quitaesmalte, esto en realidad puede arruinar la fórmula del producto y afectar su duración en las uñas.
La clave está en utilizar los productos adecuados que restauren la consistencia original sin comprometer la calidad del esmalte.
Cómo salvar un esmalte seco:
- Diluyente de esmalte de uñas: es la mejor opción, ya que está diseñado específicamente para restaurar la textura del esmalte sin alterar su composición. Solo tenés que colocar unas gotas, agitar bien y probar la consistencia.
- Aceite de bebé o aceite de almendras: si no tenés diluyente, podés probar con una gota de estos aceites. Mezclá bien y verificá si recupera su fluidez.
- Baño maría: colocá el frasco de esmalte bien cerrado en un vaso con agua caliente durante unos minutos. Esto ayudará a aflojar la fórmula y facilitar su aplicación.
- Alcohol isopropílico: si el esmalte está muy espeso, unas pocas gotas de alcohol pueden ayudar a diluirlo. Sin embargo, hay que usarlo con moderación para no debilitar el color.
Con estos trucos, podrás recuperar tus esmaltes favoritos y seguir usándolos sin necesidad de tirarlos. ¡Ponlos a prueba y extiende la vida de tu colección de esmaltes!