Magdalena Alonso, de 21 años, baila desde que tenía nueve, cuando comenzó las clases de ballet. Al terminar el secundario, también se apasionó por la danza contemporánea, estilo en el que se destacó a tal punto que consiguió un contrato con una compañía de El Líbano junto con otros cuatro compañeros argentinos y un uruguayo.
Los jóvenes se sumaron con altas expectativas, a pesar de que la compañía fue fundada en un país rodeado de conflictos bélicos y que sufre una crisis económica desde 2019. Tanto Magdalena como sus compañeros, se sienten seguros. “Nos cuidan mucho”, es el sentir de todos los bailarines, ya que no solo cuentan con un destacado profesor argentino, sino que las autoridades del Caracalla Dance Theatre garantizan la protección de los artistas.
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De Coronel Suárez al Líbano: la audición que llegó de sorpresa
La formación de Magdalena comenzó en Pigüé, adonde viajaba desde su natal Coronel Suárez. Al terminar la secundaria, audicionó para el Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín y empezó las clases en 2021, todavía en pandemia, hasta que pudo mudarse a Capital. En el curso de tres años de duración, perfeccionó la técnica de jazz, ballet y la técnica de Martha Graham, una reconocida bailarina estadounidense que consolidó la danza moderna al crear movimientos a través de las emociones humanas.
Después de completar el taller, quedó seleccionada en el Teatro Argentino de La Plata, donde trabajó dos meses en la obra Giselle, sin imaginar que un profesor del Teatro San Martín le ofrecería trabajar en el Caracalla Dance Theatre, una importante compañía del Medio Oriente fundada en 1968. Se trataba de Gabriel Contreras, quien no le dio clases, pero quedó impresionado con sus muestras y la tuvo en cuenta para invitarla a audicionar.

Gabriel Contreras, también argentino, perfeccionó sus estudios en la Martha Graham School of Contemporary Dance y estuvo en compañías norteamericanas como Jennifer Muller/The Works, y enseñaba la técnica Muller en el Teatro San Martín. Trabajó para la compañía Caracalla por primera vez en 2023 como maestro invitado por dos meses, y regresó para quedarse en marzo de 2024.
“Conozco a Magdalena de verla en las muestras y considero que es una intérprete muy talentosa”, le aseguró Contreras a TN. “La recuerdo bailando el repertorio del Taller del San Martín. Luego, ella envió sus videos y pude ver su versatilidad, tiene una fuerte formación académica en danza clásica y contemporánea”.

El resto de los compañeros convocados en esta ocasión también se destacan. De acuerdo con el profesor, los artistas argentinos que han llegado al Caracalla Dance Theatre siempre dejan huella por la personalidad “resiliente y dúctil” que se “adapta a cualquier estilo de baile” y por la preparación que reciben en los institutos de todos los niveles en el país. “Todos son bailarines que llegan con buena formación académica, creo que es producto del nivel y los contenidos que el Instituto superior de arte del teatro Colón y el Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín proponen. Estos espacios son vitales para la danza argentina a nivel profesional”, resaltó.
Y agregó: “Considero que en Argentina hay buena formación en danza con excelentes docentes e investigadores, no solo en estos espacios sino en cada rincón del país, hay comunidades de danza que trabajan desde el nivel inicial en adelante, escuelas municipales, polivalentes, estudios privados, universidades”.
La danza como profesión
“Antes de decidir, que Gaby me haya llamado, me dio cierta tranquilidad. Que te valoren sin conocerte es un montón, que confíen en lo que uno hace. Él confía también en la formación del Teatro”, aseguró Magdalena.

Dedicarse profesionalmente a la danza siempre fue su sueño y no dudó en subirse por primera vez a un avión. Era un mundo totalmente nuevo: “Nunca salí de la Argentina. Estoy hace una semana y media y siento que salí hace un año”, le contó a TN vía telefónica desde Beirut.
Ella llegó con un compañero a principios de marzo. El resto del grupo está conformado por Juliana Ludueña, César Piriz, Paloma Marino, Martín de Victoria y el bailarín uruguayo Mateo Quimpos.
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Tan pronto se instaló, Magdalena se incorporó a los ensayos con el resto de los artistas y logró adaptarse al repertorio a buen ritmo. La obra que están montando actualmente es Las mil y una noches, una mezcla de danza de técnica Martha Graham, el ballet y el folklore libanés. “Ensayamos de lunes a lunes, es intenso porque estrenamos el 7 de abril”, contó. En julio, viajarán a Rusia con esa obra. También está en etapa de negociación una posible gira por Jordania, Arabia Saudita y China.

Es tanto el trabajo que no ha podido recorrer Beirut como le gustaría, pero aseguró que está a gusto con sus compañeros de baile y también con las compañeras de departamento, y “la gente es muy amable”. Además de los colegas libaneses, trabaja con bailarines sirios, ucranianos, y ella se comunica en inglés, aunque los libaneses también pueden comunicarse en francés y árabe. Para ella, el intercambio cultural es muy enriquecedor.
La situación en el Líbano
Aunque los bailarines viven rodeados de arte y cultura, todos son conscientes de la compleja situación en el Líbano, que tiene varios conflictos bélicos en su historia y, recientemente, sufrió una crisis económica en 2019, aumentó la pobreza, el puerto de Beirut explotó en 2020. Además, el año pasado, se desencadenó un conflicto entre Israel y Hezbollah, el grupo terrorista que domina distintas zonas en el país y tiene sedes en Beirut. A todo esto, se suman los bombardeos en la frontera con otro país vecino, Siria.
A pesar de todo, la “compañía ha estado trabajando 25 años sin parar” afirmó Magdalena, y dijo que están atentos a cualquier cambio en país, aunque los libaneses “están acostumbrados” a las circunstancias. En cuanto a los extranjeros, confirmó que los encargados de la compañía los “cuidan mucho”. “Si algo llega a suceder, van a tomar las medidas necesarias. El año pasado, hubo un bombardeo y llevaron a los bailarines al norte” del país, contó.

“Cuando Gabriel me comentó que el trabajo era en el Líbano, me puse a averiguar. Antes habían estado otros argentinos, empecé a hacer toda la búsqueda, hablé con ellos. Gabriel me hizo estar muy segura”, reconoció. Ahora, “la gente está más tranquila”, según ha podido ver durante los días que ha estado allá. “Ellos no tenían presidente hace dos años y ahora pudieron elegir uno, y las cosas están más calmadas”, afirmó.
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“Los libaneses están más esperanzados, pero ellos están acostumbrados porque viven en guerra y eso, para ellos, es común. Yo les digo que no puedo creer que vivan con tanta normalidad. Nosotros somos bendecidos”, reconoció la joven.
Si bien le sorprendió esa nueva realidad, Magdalena eligió seguir bailando, en la Argentina o en cualquier lugar del mundo donde haya un escenario, y tiene el apoyo incondicional de su familia. “Mis papás están muy felices por la oportunidad. Mi papá confía bastante, no se asustó. Mi mamá sí, pero confían en mi decisión y los tranquilizó que haya un grupo de argentinos”, añadió.
A quienes solo conocen del país a través de los medios, ella los invita a que no se “guíen tanto por las noticias”, sino que es necesario “averiguar mediante la gente” que vive allá. “Es un país chiquito donde hay mar, montaña, muchas cosas para visitar a corta distancia. Hay de todo un poco, se puede aprender nuevas culturas, es como viajar al pasado también. Es una experiencia de viaje que me parece increíble”, sostuvo.