Marcel LeBrun es un empresario tecnológico canadiense que transformó su éxito en una verdadera revolución social e invirtió USD 4 millones de su fortuna en construir 99 casas para ofrecer una alternativa más digna a los más necesitados de su ciudad.
El proyecto “12 Neighbours” se dedicó a enfrentar la crisis de vivienda creciente que había en la ciudad de Fredericton, que está ubicada al sureste de Canadá. La historia del millonario y su iniciativa surgió a raíz de un dato preocupante: 1.800 personas se quedaron sin hogar en 2023.
Cuando este dato llegó a oídos de LeBrun, decidió tomar cartas en el asunto. Pero, para eso, decidió dar un “volantazo” en su vida, que implicó dejar muchas cosas atrás. Sobre todo, su empresa de monitoreo de redes sociales, la cual vendió por una millonaria cifra.
Millonario y filántropo: construir el sueño de una vivienda digna
La materia prima estaba en sus manos y comenzó a soñar. El bosquejo de un barrio de casas bajas, en donde haya seguridad y autonomía para todos sus residentes. Así fue como comenzó con su plan para construir 99 pequeños hogares, cada uno equipada con lo necesario para vivir.
Cocina, sala de estar, dormitorio y baño privado, LeBrun pensó en todas las comodidades posibles para que la gente sin recursos pudiera vivir dignamente. Incluso, fue un poco más allá y decidió invertir en paneles solares colocados en los techos de cada una de las casas del barrio.
De esta manera, nadie se tendría que preocupar por el precio de las facturas de luz. Los costos de energía se verían reducidos y habría un desarrollo sostenible del territorio.
Leé también: Invirtió 1.200 dólares y encontró un tesoro que le cambió la vida: vendió una piedra en US$240.000
Los inmuebles también cuentan con una pequeña terraza y áreas comunes. Todo está pensado para que sus habitantes no solo tengan un lugar digno para vivir y desarrollarse, sino que también un punto de encuentro para la sociabilización, un sentido de pertenencia e identidad con el lugar.
“No solo estamos construyendo un pequeño barrio, estamos construyendo una comunidad dentro de la ciudad”, le comentó LeBrun a la cadena CBC, quien además se considera un “constructor de comunidad”.
Tras conocer la noticia del proyecto, el gobierno canadiense decidió girarle alrededor de USD 12 millones para cubrir los gastos de alquiler. La comunidad “12 Neighbours” tiene un modelo de alquiler subvencional, por lo que el monto total a pagar por mes depende de la cantidad de ingresos que percibe el inquilino todos los meses.

El Gobierno destina asistencias sociales para, por ejemplo, personas solteras, calculadas en unos USD 636. El promedio de alquiler en la comunidad se sitúa en los USD 200, incluyendo servicios básicos como luz, agua y gas, además de internet.
Esta iniciativa busca que los residentes puedan ahorrar para conseguir un lugar mejor a largo plazo, sea alquilando o comprando un espacio propio para vivir.
Un proyecto que además de vivienda propone trabajo
El servicio de LeBrun a la comunidad no se termina allí: decidió implementar un programa de desarrollo laboral dentro del barrio, que incluye una cafetería que administran los propios residentes.
También hay un taller de serigrafía y un plan de “cocina de enseñanza” para que los habitantes de “12 Neighbours” puedan generar un ingreso y encontrar allí una oportunidad de progreso. A través del café y diferentes cursos, LeBrun fomenta también la integración social. Estas ofertas están abiertas a todas las comunidades de la zona, para que puedan tomar algo en el lugar o asistir a una clase de, por ejemplo, serigrafía.
Leé también: Un magnate prometió US$1 millón a quienes resolvieran un misterio
Por eso “12 Neighbours” aparece también como un trampolín hacia la independencia económica, la integración social y el desarrollo persona. Sin embargo, también trajo muchas críticas y polémicas.
El director de Fredericton Homeless Shelters, Warren Maddox, aseguró que podría ser peligroso concentrar a tantas personas vulnerables en un mismo lugar.
Para él, esta decisión puede generar aislamiento y sugirió que la mejor opción sería distribuir las viviendas por toda la ciudad. Sin embargo, LeBrun no lo escuchó y continuó con su proyecto que salvó muchas vidas.