¿Es posible hacerse millonario sin trabajar o descubrir una enorme fortuna de la noche a la mañana? Más allá de que parece la consigna de un cuento o de una película, en la historia sobran casos de personas que tuvieron un increíble golpe de suerte y que ganaron mucho dinero prácticamente sin esfuerzo. Ese fue el caso de un hombre cuya identidad se mantuvo en el anonimato. Equipado solamente con un detector de metales que le costó 1200 dólares, encontró una enorme piedra que contenía una gran cantidad de oro y la vendió por 240.000 dólares.
Leé también: El pequeño dispositivo del hogar que tiramos a la basura y contiene oro de 22 quilates
El hecho se produjo en 2022 en la pequeña ciudad australiana de Geelong, la segunda más grande del estado de Victoria. El afortunado aventurero no realizó la búsqueda allí por casualidad: durante el siglo XIX esa región fue uno de los principales epicentros de la fiebre del oro. Muchísima gente logró extraer aproximadamente dos toneladas y media de este metal precioso durante aquellos años, aunque tiempo después las extracciones se redujeron hasta casi desaparecer.
Pasaron casi 170 años desde el último gran descubrimiento en esa zona de Australia, por lo que esta noticia volvió a encender las ilusiones de cazadores de tesoros de todo el mundo.
La historia del hombre al que una piedra le cambió la vida
La roca que encontró esta persona tuvo un peso total de 4,6 kilos, de los cuales casi 2,3 kilos correspondían a oro. Prácticamente de la noche a la mañana y con una ínfima inversión de 1200 dólares, que fue lo que le costó el detector de metales que utilizó para rastrear, consiguió la increíble suma de 240.000 dólares.
Según The Guardian, el valor en metal precioso contenido dentro de este mineral superaba tranquilamente los 100.000 dólares. Para ser más precisos, en Estados Unidos actualmente se paga entre 65 y 67 dólares por cada gramo de oro de 18 kilates. Con 2300 gramos, el valor concreto de fundición era de cerca de 150.000 dólares. Sin embargo, por tratarse de un ejemplar muy raro de ver por el tamaño y por el peso, se terminó vendiendo en esa cifra mucho más alta al especialista y coleccionista Darren Kamp.
“Estuve buscando oro durante 43 años y nunca había visto un ejemplar que contuviera esta cantidad. Quizá en la década de 1850 se encontraron algunos, pero en términos actuales es muy raro”, precisó Kamp.
Si la roca hubiera estado a más de 30 centímetros de profundidad, el anónimo descubridor hubiera tenido que utilizar una maquinaria más compleja para detectarlo y extraerlo. Por suerte para él, estaba bastante más cerca de la superficie. El Servicio Geológico de Victoria estima que bajo el suelo de ese estado yacen más de 2100 toneladas de oro que aún no fueron encontradas. Es decir, bajo los pies de los habitantes de ese lugar aún se encuentran enterrados por lo menos 130 millones de dólares.
Los afortunados mineros de Victoria
Mucho tiempo antes de este increíble hallazgo, en plena fiebre del oro en Australia, dos humildes mineros, que se ganaban la vida trabajando en condiciones muy precarias y peligrosas en las minas de Victoria, cambiaron sus vidas y marcaron un récord. En febrero de 1869, John Deason y Richard Oates encontraron la pepita más grande del mundo.
Leé también: Encontró una bolsa llena de dólares y oro en la basura, buscó a la dueña y se la devolvió
La descubrieron enterrada a pocos metros. La impresionante piedra pesó 72 kilos y midió 61 centímetros de largo. La vendieron a cambio de 10.000 libras esterlinas y pasaron de ser pobres a millonarios en cuestión de segundos. La roca fue bautizada como Welcome Stranger y actualmente hay una réplica exhibida en el Museo Dunolly.
