El hallazgo de un tiburón blanco permitió determinar que se trata del más grande que se haya visto en el océano Atlántico. La especie pesa casi 750 kilos y su largo supera los 4 metros.
El tiburón fue apodado como “Contender” —que en español significa “Contendiente“— y fue fichado de esa manera por la organización sin fines de lucro OCEARCH. Su avistamiento se produjo el viernes 17 de enero de 2025.
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“Un verdadero gigante del océano”
El hallazgo de Contender se produjo en la costa este de Florida, Estados Unidos. De acuerdo con información suministrada por OCEARCH, el tiburón pesa 1653 libras, el equivalente a 749 kilos con 788 gramos, y mide 4,2 metros. Por estas proporciones, en las redes sociales de la organización lo definieron como “un verdadero gigante del océano“.
Las dimensiones del tiburón representaron una sorpresa dentro de la organización, por lo complejo que es dar con especies de gran tamaño. “Aunque hemos marcado y liberado varios tiburones como parte de este proyecto, los animales de tamaño adulto han demostrado ser esquivos”, dijo a Oceanographic la doctora Harley Newton, quien es veterinaria jefe y científica veterinaria senior de OCEARCH.
La especialista dio más detalles sobre el ejemplar encontrado: “Los tiburones blancos machos alcanzan la madurez cuando miden unos 3,5 metros y tienen 26 años, por lo que Contender, de 4,2 metros, es un macho adulto de unos 30 años que se encuentra en una etapa temprana de su vida reproductiva”. En relación con ese último aspecto, precisó: “Es una parte importante de la población reproductora efectiva y, con suerte, contribuirá a la reconstrucción de la población de tiburones blancos del Atlántico Norte occidental”.
Lo anterior es relevante porque el tiburón blanco es considerado como una especie “vulnerable” debido a que su potencial reproductivo es bajo. Una de las tareas de OCEARCH como organización es el marcado y seguimiento de tiburones blancos. Para hacerlo, se apoya en líneas de pesca con cebo. Cuando las especies llegan a ellas, quedan enganchados al morderlas, esto le da tiempo al personal de la organización para analizarlas y luego liberarlas.
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En palabras de la veterinaria Newton, el proceso es el siguiente: “Cuando el animal está al costado del barco, lo medimos, tomamos muestras para estudios de salud, reproducción, dieta, nutrición, toxicología y genética”. Además de esto, “realizamos una ecografía y luego colocamos dos tipos de etiquetas satelitales para rastrear sus movimientos en la superficie del agua con una etiqueta SPOT (posición y temperatura inteligente) en la aleta dorsal, y debajo del agua con una etiqueta PSAT (etiqueta de archivo satelital emergente) adherida temporalmente a la pared del cuerpo junto a la aleta dorsal”.
