Los abrazos son una de las formas de demostrar expresión efectiva, aunque no todas las personas se sienten cómodas con ellos. Para la psicología, existen diversas razones que pueden explicar por qué hay quienes los evitan, ya sea dando o recibiéndolos.
Los expertos en psicología aseguran que este acto puede revelar distintos aspectos sobre la forma de ser o cómo se sienten las personas en ese momento.
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¿Por qué hay personas que evitan los abrazos?
1. Diferencias en la crianza y cultura
La forma en que una persona fue criada influye significativamente en su nivel de comodidad con el contacto físico. En culturas donde el contacto es más restringido, es común que algunas personas eviten abrazos o caricias. De manera similar, si alguien creció en un entorno donde no se fomentaban las demostraciones de afecto, es probable que no las busque en la adultez.
2. Personalidad y rasgos individuales
Las personas con tendencias introvertidas o con rasgos de personalidad orientados a la independencia suelen evitar el contacto físico. Esto no implica que no sientan afecto, sino que simplemente prefieren otras formas de expresarlo, como las palabras o las acciones.
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3. Necesidad de espacio personal
No todas las personas interpretan el contacto físico como una necesidad. Algunas simplemente valoran su espacio personal y prefieren mantener cierta distancia. Esto no significa que sean frías o distantes emocionalmente, sino que su manera de relacionarse es diferente.