Para Eladio e Irene es imposible saber la cantidad de objetos que tienen en su local, pero con seguridad saben dónde está cada cosa. Detrás del mostrador, lleno de carteles, fotos y stickers, un poema de Pablo Neruda describe el espíritu de los dueños de Bagatela: “Amo las cosas locas, locamente. Amo todas las cosas porque todo tiene en el mango, en el contorno, las huellas de unos dedos, de una remota mano, perdido en lo más olvidado del olvido”.
“Bagatela”, como decidieron llamar hace décadas a su negocio, significa para muchas personas que compraste algo barato, que la pegaste. Eladio explica: “Yo lo miro de otra forma porque poseo una enfermedad que es la de acumular objetos. Si fuera por Irene no habría ni una tercera parte de lo exhibido”.
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Irene viene de una familia que hace un siglo tenía uno de los locales de compra y venta más grandes del barrio de Flores. “Hace 100 años, mis padres habían incursionado en este tipo de lugares. Esos negocios eran lo que se llamaba ‘Compra y Venta’. Había artículos usados y se vendían guitarras y trajes que compraban los cantantes del interior del país que iban a las radios y pasaban a comprar por ahí”, recuerda.
Para Irene, haber tomado la decisión de vender todo y cerrar el local responde a varios factores: “Necesitamos un cambio, un poco de descanso, pero también hemos visto con un poco de preocupación que en estos tiempos el negocio no tiene una entrada normal de compra y venta y con todo el dolor, no lo podemos dar vuelta. Un negocio así tiene que mantener a sus dueños, no al revés como está pasando ahora que sus dueños mantienen el negocio”.
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“Tenemos el local lleno, queremos, queremos cerrarlo y no sabemos dónde meter las cosas. Yo me quedaría con todo, pero los milagros no existen”, destaca Eladio.
Con una mirada romántica y esperanzadora, Irene dice sobre la liquidación total por el cierre del local: “Todas son cosas que pasarán de nuestras manos a otras manos, que serán un puente para nuevas vivencias y el vínculo entre todas las generaciones que nos sigan”.
Producción: Federico A. Pérez
Realización: Nicolás González
Edición: Francisco Hernández