El fetiche es la excitación y placer sexual causado por un objeto, lugar, olor, parte del cuerpo o situación. Se puede tener o no tener. La diferencia es que para el fetichista representa una necesidad tenerlo para alcanzar el placer sexual. Y todo vale.
La elección por tener una musa inspiradora para la excitación es un gusto personal, como cualquier preferencia sexual que se puede tener. Para muchos, es el cuero y tenerlo en su piel es un estimulante sexual.
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Sin embargo, en la comunidad Leather, el cuero traspasó la línea de lo sexual, ya que lo consideran un estilo de vida. Tratan de llevarlo en su cotidianeidad para disfrutar de la comodidad y sensualidad que sienten al usarlo.
Generalmente, se vincula el placer por el cuero con otras prácticas. Se lo asocia con el fetiche por el látex, con el sadismo o el masoquismo. A pesar de que se puede disfrutar todas estas prácticas juntas, el placer por la tela, se trata simplemente del uso para el disfrute sexual y de la estimulación que genera tenerlo en el cuerpo.
Existen diferentes comunidades que se agrupan por la elección sexual y el fetiche. Sin embargo, esto no está necesariamente unido. Por ejemplo, una persona heterosexual puede tener esta atracción por el cuero, como también alguien homosexual.
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Hace seis años, se conformó LMA (Leather Man Argentina) para reunir a la comunidad homosexual que elige el cuero como un estilo de vida. “Estaba faltando un lugar en el cual se pueda experimentar e informarse más de este fetiche”, dijo Pol, uno de los primeros integrantes del grupo.
Todos los segundos sábados del mes se reúnen en “Cosmopolitan Bar”, ubicado en Maipú 973, CABA. En estas reuniones sociales, van vestidos con el mejor outfit de cuero a celebrar el placer de sentirlo en la piel. Este espacio permite poder brindar información, disfrutar y reconocer a las personas que tienen el mismo deseo sexual.
Con la única finalidad de tener un lugar para sociabilizar, realizan fiestas para verse y conocer a los curiosos. Este espacio es importante para que puedan tener visibilidad: “Necesitamos que la gente sepa que existimos. Que puedan venir a pasarla bien, que vean que no mordemos. La comunidad del fetish es amplia y hay gustos para todos”, dijo Matías, integrante de LMA.
Es importante recordar que las elecciones personales no deben ser juzgadas. Ante una expresión genuina de libertad y autoconocimiento, el respeto debería de ser implícito en quien no lo elige.
A continuación, cuatro historias de fetichistas que tenían un sueño en común: ser full leather, es decir, estar vestido completamente por esta tela.
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“Soy una mujer fetichista”
A Vanesa Dubost siempre le gustó lo gótico, por eso verse vestida de cuero era parte de la fantasía. “Soy una mujer fetichista y practicante del BDSM. Utilizando el cuero me acerco más a este universo que elijo”, asegura en diálogo con TN.
La satisfacción no es solo por el cuero, sino que también la atracción está hacia otras texturas: “El fetiche por el cuero y otros materiales se da tanto en lo público como en lo privado. Y se relaciona con verse vestida con atuendos excepcionales, como también, el utilizarlo para la intimidad”.
Vanesa, a raíz de su elección, generó el espacio “Condesa” para que se pueda hablar, informarse de los fetiches y compartir prácticas del BDSM. " Comprendí que lo más sensato era fusionar todos mis intereses y poder expresar mis inquietudes, que van desde el arte, la comunicación, el BDSM, la performance y mucho más. Creando un espacio donde los artistas y practicantes pudieran expresarse”.
“No era solo verme con el cuero, también me servía para gozar”
Pol es uno de los primeros integrantes de LMA, y descubrió de muy chico esta atracción: “Siempre me interesó tener botas de cuero y no sabía por qué”.
Su primera imagen relacionada al fetiche es con los dibujos de “Tom” de Finlandia: “Me encantaba ver toda esa virilidad exacerbada”. Luego comenzó a desear tener algo para su vestimenta. Todo comenzó con ése calzado: “Primero quería tener unas botas y no entendía por qué. No solo me gustaban, yo sentía que las necesitaba”.
A Pol, el cuero lo hace sentir pleno, feliz y fogoso. “Experimentando me di cuenta que me servía para gozar. Tanto así como verlo puesto, como cuando me dejo las botas para tener sexo”.
“El cuero me hace sentir otra persona, como si tuviera una armadura”
Matías conoció el estilo leather a través de dibujos y caricaturas: “Cuando fui grande recién pude cumplir el sueño de verme todo vestido de cuero. Empecé con el pantalón, una muñequera y así fue agregando cosas a la vestimenta”.
Cuando se pone cuero le permite ser otra persona: “Hay diferentes sensaciones en la piel. Me da placer, es como si entrara en un personaje. Me da ese poder”. En los eventos que realiza LMA, Matías acostumbra a sacarle fotos y darle prendas a los curiosos para que puedan experimentarlo. No solo verse vestido full leather, sino también sentirlo en todo el cuerpo.
Su familia celebra su fetiche: a su sobrina le encanta sacarle fotos y su mamá tiene un recuerdo especial. “Le encanta ponerme y sacarme las botas, porque le hace acordar a mi abuelo. A cuando se las sacábamos para lustrarlas”, cerró.
“Me hicieron sentir culpable por elegir ser quién soy”
Actualmente, Luis usa el cuero a diario en su cotidianeidad y con amigos. “Para mí es algo muy visual, tocarlo, sentirlo me parece muy cómodo. Un pantalón de cuero, unas botas, me encanta”. Pero no siempre fue así.
Para Luis confesar su fetiche fue un doble desafío: “Por un lado, tenía que salir del clóset por ser gay, que está totalmente estigmatizado y sumarle un fetiche era un montón. Me llevó mucho tiempo poder hacerlo público“.
Gracias a LMA Luis logró liberarse y vivir plenamente su fetiche, sintiéndose seguro de que no era el único: “Me ayudaron, me acompañaron. Es increíble ahora poder salir a la calle y que nadie me diga nada. Ahora comparto todo con mis seres queridos”.
“A todos aquellos que ven a alguien vestido de cuero y no se animan a disfrutarlo, vívanlo con libertad. No están haciendo nada malo, salgan de a poco. Pero disfrútenlo, no es ningún pecado”, cerró Luis entre lágrimas.