En 1989, un estudio de la NASA sobre aire limpio identificó varias plantas capaces de eliminar toxinas del ambiente. Entre todas, una destacó por su eficiencia y fácil mantenimiento: el Spathiphyllum, más conocido como flor de la paz. Esta planta, además de ser un símbolo de elegancia y pureza, puede reducir contaminantes comunes en interiores como el formaldehído, el benceno y el tricloroetileno, presentes en materiales de construcción y productos de limpieza.
El Spathiphyllum no solo es útil, también es muy estético. Sus hojas verdes brillantes y sus flores blancas lo convierten en una opción ideal para decorar cualquier rincón de tu hogar. Además, esta planta es muy resistente, lo que la hace perfecta incluso para quienes no tienen experiencia en jardinería. Su capacidad de adaptarse a diferentes niveles de luz la convierte en una de las favoritas de los amantes de las plantas de interior.
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Uno de los grandes beneficios de tener esta planta en casa es su capacidad para regular la humedad ambiental. Esto ayuda a prevenir problemas respiratorios y a crear un entorno más saludable. Al colocarla en lugares estratégicos, como el dormitorio o la sala de estar, no solo estarás mejorando la calidad del aire, sino también generando una atmósfera más relajante y acogedora.
Para mantenerla en perfecto estado, la flor de la paz necesita cuidados básicos. Basta con regarla una o dos veces por semana y evitar exponerla a la luz solar directa, ya que sus hojas podrían quemarse. En pocas palabras, con un mínimo esfuerzo, esta planta puede ser una aliada en la decoración y la salud de tu hogar.