La renombrada doctora Sandra Lee construyó una carrera como personalidad televisiva y también se volvió una influencer reconocida en el mundo de la medicina: si bien se profesionalizó en el sector de la dermatología, amplió su experiencia con cirugía láser y cosmética. Por supuesto, debió afrontar diversos desafíos durante su extensa trayectoria y uno de ellos se transmitió en su propio programa.
La norteamericana, que nació el 20 de diciembre de 1970 en Nueva York, fue una de las primeras en utilizar YouTube como plataforma para promocionar su trabajo. Tiempo después, logró abrir el consultorio Skin Physicians and Surgeons en California junto a su marido Jeffrey Rebish, quien se desempeña en el mismo rubro.
Hace unos pocos años, la norteamericana afrontó uno de los casos más graves que han pasado por su consultorio: el inconveniente médico lo tuvo como protagonista a Roger, quien se acercó con una historia completamente estremecedora. “Tenía una nariz normal, luego pasó a ser del tamaño de un grano y después empezó a sangrar, creciendo cada vez más”, graficó el afectado.
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Las imágenes elocuentes permitían advertir que la situación del paciente era más que compleja. Ocurre que, en la zona en la que deberían aparecer sus orificios nasales, se apreciaban dos bolas grandes de piel y carne. De hecho, el damnificado señaló que varios hospitales no quisieron ayudarlo: “No tenía seguro y me dejaron atrás. Siento que a nadie le importa”.
Cuál fue el diagnóstico de la doctora Lee y qué tratamiento propuso para solucionar el problema
La protuberancia, además, tenía como principal característica la supuración, por lo que Roger debía limpiarse cada noche para evitar que las excreciones lo mancharan. “Me cuesta comer y a veces ni siquiera lo hago. Por lo que pesa, tampoco puedo respirar”, explicó, dejando entrever las dificultades de su padecimiento. En esa coyuntura, tomó la determinación de recurrir a una de las eminencias en la materia.
La formación de pus, en base a lo que el afectado le contó a Lee, también atraía constantemente a las moscas. Inmediatamente, la doctora lo diagnosticó con rinofima, una enfermedad caracterizada por el engrosamiento del cutis en la nariz, brindándole un aspecto bulboso y desfigurante. El posterior proceso de análisis y consulta con otros profesionales duró un tiempo más largo de lo esperado.
Para colmo, hubo hasta dos intentos de eliminar por completo las dos “cabezas de bebé”, en un procedimiento que podía transformarse en un mojón para la conductora del ciclo. Siete meses después de la prueba inaugural, el damnificado viajó a la ciudad de California por tercera vez. La Fundación Osborne Head and Neck se propuso como la sede de una operación que tenía tintes históricos.
La impactante transformación del paciente tras una desafiante operación
Los médicos, que trabajaron de modo interdisciplinario, concluyeron que debían someter al damnificado a una anestesia general para quitarle la afección con una cirugía, aunque después tenían que reconstruir su nariz haciendo todo lo posible para que la pérdida de sangre no sea masiva. A su vez, la idea era, a través de su tráquea, colocar una vía con el objetivo de que pueda respirar.
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A las pocas horas de la cirugía, la transformación fue impresionante: el rinofima había desaparecido por completo y Roger parecía una persona diferente. “Toda mi vida cambió. Me llevó mucho sanar, pero ahora me veo increíble. Ahora puedo hacer cosas normales. Estoy feliz, solo quiero salir a la calle para que todos lo noten”, auguró el renovado paciente, que recibió la inconmensurable ayuda de la doctora.
