En ocasiones, cuando caminamos tranquilamente por la calle, suele ocurrir que notamos que un chicle se pegó en nuestra suela de zapatilla. Sin embargo, la propia goma de mascar, que se puede sacar de manera simple del calzado, genera más de un dolor de cabeza en el caso de que se adhiera a alguna otra prenda. Ante ese problema, existe una fórmula secreta que permite sacarlo sin dejar rastros en las telas.
El elemento comestible tiene la tendencia a quedar fijado en la ropa cuando se calienta, debido al efecto que provoca ante las fibras. Por ello, si lo frotamos o intentamos eliminarlo a mano, es común que la problemática se extienda y que se vuelva aún más compleja que en el inicio. En el mejor de los casos, se pueden sacar apenas pequeños fragmentos.
De todas formas, un electrodoméstico presente en las casas es clave para solucionar el inconveniente: se trata de la heladera, sobre todo las que cuentan con freezer incorporado, y solo es necesario seguir unos simples pasos para que la tela quede intacta. En principio, se debe colocar la prenda adentro de una bolsa de plástico para, después, llevar el plástico al congelador.
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El frío extremo tiende a endurecer el chicle, algo que facilitará su desprendimiento: cabe destacar que es fundamental dejarlo allí durante un par de horas, para que el efecto sea concreto. De lo contrario, el procedimiento no cumplirá con la función deseada. Por supuesto, al sacar la ropa del equipo de refrigeración, hay que raspar la goma masticable con una cuchara o un cuchillo sin filo.
Qué hacer si quedan resabios de goma de mascar
Lógicamente, es importante avanzar con el proceso de manera cuidada, para no generar daños en la vestimenta. Si notamos que todavía hay algunos restos, podemos usar un cepillo de dientes viejo y vinagre blanco para masajear la zona: el líquido servirá para descomponer los residuos retobados. Luego, se recomienda poner las prendas a lavar para sacar los olores.
Otro consejo clave es aplicar un poco de quitamanchas en el lugar en el que el chicle estaba presente, para que tampoco queden marcas. Aún así, existen varias alternativas más, aunque no tan eficaces, para lograr un efecto similar y que las telas retornen a su estado original en muy poco tiempo, dejando atrás el percance con el chicle.
Otras tres alternativas para quitar el chicle de la ropa
Por ejemplo, se puede situar la ropa sobre una tabla de planchar, y poner por encima de la mancha papel de horno o un cartón. Después, se debe calentar la plancha y ejercer presión sobre el elemento con el objetivo de que el viscoso alimento se pegue en la nueva superficie. Como de costumbre, al finalizar, hay que meter la indumentaria al lavarropas.
A su vez, el alcohol también puede transformarse en un gran aliado: en esa circunstancia, precisaremos del etílico al 96, que generalmente hallamos en los botiquines y tiene como fin curar las heridas. Por lo pronto, se requiere verter el antiséptico sobre la goma de mascar y aguardar por algunos minutos para, al rato, raspar y quitar el pegajoso masticable.
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El jabón líquido neutro es otra opción, combinado con un poco de agua. Hay que frotar el chicle con un cepillo hasta que se vaya deshaciendo lentamente, pero es necesario revisar la etiqueta de la ropa para verificar que la sustancia empleada no haga mella.