El amor por los animales, la pasión por la gastronomía y una mascota con problemas de salud devino en un proyecto único en la Argentina: Chumbis, la primera panadería saludable para animales, que tiene un menú de más de 30 recetas aprobadas por una veterinaria especializada en nutrición. Las autoras de este emprendimiento son Rocío Domínguez y una de sus hijas, Nicole Verdier, quienes se aventuraron con una propuesta muy avanzada para la época.
Rocío es psicopedagoga y Nicole es comunicadora social. Ambas tenían trabajo, pero siempre buscaron crear un negocio juntas. “Ya veníamos de varias cosas que nos lanzábamos, a nosotras nos gusta mucho cocinar”, le contó Nicole a TN. Lo intentaron con repostería para humanos, siempre buscaban algo original, hasta que Tadeo, su perro Schnauzer, desarrolló problemas de salud.
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“La idea de esto surgió por nuestro perrito que se empezó a enfermar muchos años atrás y tenía propensión de tener problemas digestivos. Esta es la base”, aseguró Rocío. Después de consultar con varios veterinarios, encontraron a Erika, especialista en nutrición animal, quien les recomendó la alimentación natural.
Era un tema desconocido entonces. “Ahora se habla mucho de la alimentación natural. Cuando nos dijeron para darle comida natural a nuestro perro, nos dijeron ‘estás mal de la cabeza, ¿cómo no le vas a dar balanceado?’”, recordó Nicole. Sin embargo, la salud de Tadeo mejoró totalmente.
“Habíamos aprendido mucho con nuestro perrito Tadeo”, sostuvo Rocío. “Él murió de viejito, no por los problemas digestivos. Yo decía, ‘para que viva un día más, hago lo que sea. Investigaba por todos lados, hacíamos cursos de la parte nutricional, y consultábamos a muchos nutricionistas. Ya sabíamos, por la alimentación de él, que era muy delicado, lo que estaba bien y lo que no”, agregó.
Y con todo el aprendizaje, comenzó a germinar la idea de un nuevo emprendimiento, pero esta vez, estaba enfocado en los animales.
Un perro rescatado con problemas de carácter
La panadería fue bautizada en honor a Chumbi, un perro rescatado con muchos problemas de carácter, confirmó Rocío. Lo adoptó su otra hija después de que varias familias lo intentaran sin éxito.
Un año después de que Chumbi se convirtiera en parte de su hogar, Rocío y Nicole le hicieron la primera torta de cumpleaños, que luego sería la inauguración del emprendimiento.
“¡Con una desesperación se la comía!”, relató Rocío. “Fue todo tan lindo, estaba toda la familia, fue tan lindo, todavía se me pone la piel de gallina. La pasamos tan bien que, en ese momento, dije ‘es esto lo que tenemos que hacer, es mucha alegría esto. El perrito estaba feliz’. Y ese fue el click”.
Sin embargo, Nicole temía dejar su trabajo de oficina para invertir tiempo y dinero en un mercado inexistente. “Yo la tenía que convencer y me decía ‘¿vos estás segura?’. Ella no me creía que esto podía funcionar”, bromeó Rocío, pero la pandemia llegó y ambas quedaron aisladas con el resto de la familia. Sin una oficina a la que acudir, Nicole aceptó darle una oportunidad a Chumbis con las ventas por encargo.
“Gracias a Dios, funcionó. Nos empezó a ir bien muchísimo más rápido de lo que pensamos. Arrancamos y dije, ‘si vendemos una torta, por semana, ya es buen indicio. Y al mes, ya teníamos, 10 pedidos por semana. Empezó bien y nunca decayó”, apuntó Nicole.
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La joven entones aceptó renunciar a su trabajo y se dedicó totalmente al nuevo negocio con su mamá. Pero, de repente, el departamento quedó muy chico para todos los materiales de los pedidos de Chumbis. Fue en ese momento en que pensaron en trasladar la producción a un punto de retiro, pero terminaron decidiendo abrir un local para que los humanos pudieran ir junto a sus mascotas.
“Un humano lo puede comer tranquilamente porque es todo natural”
Desde hace dos años y medio, atienden a los clientes y sus dueños en Franklin al 771, entre Valentín Virasoro y Dr. Honorio Pueyrredón, en el barrio de Caballito. Todos los perros que pasan frente a Chumbis se detienen y rascan la puerta con ansias. Al entrar, corren al mostrador, donde Rocío o Nicole los reciben con un bocadillo y mimos, mientras que los humanos compran.
Además, el local está decorado con un mural de fotos de cientos de mascotas que visitan Chumbis, más un cuadro muy especial: un dibujo de Tadeo.
Cada una de las 30 recetas se creó en equipo, dijo Rocío. “Lo que se nos va ocurriendo es porque estamos en una reunión, vemos una pastafrola y pensamos en hacerlo para perros. Una vez que tenemos la idea, le hablamos a la veterinaria y le decimos ´tenemos esta idea y lo podemos hacer así´, y ella nos dice que le pongamos más carne, menos batata”, explicó Nicole.
Todas las golosinas para perros se preparan con ingredientes naturales, sin azúcar ni sal. Asimismo, no usan harina de trigo, sino de avena, de algarroba y harina integral. Las tortas de cumpleaños pueden ser de pollo, carne, hígado, o cerdo, y también de vegetales y frutas. “Un humano lo puede comer tranquilamente porque es todo natural. No tienen químicos ni conservantes, por eso deben guardarse en la heladera o el freezer”, detalló Rocío. Si se guardan en la heladera, tienen alrededor de tres días de duración, pero pueden almacenarse durante varios meses si se congelan.
El menú incluye chocotortas, tartas, empanadas, hamburguesas, medialunas, galletitas. Las presentaciones tienen apariencia de postres para humanos, pero lo que parece chocolate es harina algarroba, por ejemplo, o el decorado rosa es queso crema con remolacha y el verde es queso crema con espirulina. “Nunca usamos colorantes artificiales”, remarcó Nicole.
Para las fiestas, preparan el pan dulce, que está hecho de pollo y zanahoria, con un tope de queso crema, más una decoración de arándanos disecados. También hacen galletas de navidad.
Los clientes pueden hacer los encargos por Whatsapp o a través del Instagram (@chumbis.ok), y los precios varían desde los $750 por un bocadillo hasta $16.000 por una torta XL que trae un banderín y una cookie con nombre. “Hacemos un esfuerzo enorme”, señaló Nicole y añadió: “Ya vemos que tenemos que aumentarlo, pero tratamos de aguantar lo más posible, porque todo está carísimo y, si tenemos que poner en el precio el trabajo realmente que nos lleva cada cosa sería mucho más caro”.
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Desde febrero, Chumbis incorporó el área Human friendly, donde se ofrece café, medialunas, alfajores y otros postres para humanos hechos por Federico, el novio de Nicole.
También esperan expandir el negocio en un futuro cercano, siempre con el objetivo de cuidar a los animales. Ambas consideran a la panadería como “un sueño hecho realidad”, y ese amor por el negocio se lo demuestran a cada cliente con un toque extra de cariño que los dueños notan y valoran. “Nosotras acá, de cada perro que viene, nos acordamos de a qué es alérgico cada uno, qué le gusta, qué no le gusta. La gente también viene acá buscando eso; el 50% viene por Chumbis y el otro 50% viene por toda la experiencia que significa Chumbis. Que nos acordemos el nombre, que le saquemos una foto y la saquemos en Instagram. Eso lo hacemos porque nos sale del corazón. Para nosotras, los animales significan mucho más que cualquier cosa en este mundo. Cada perrito es como una parte nuestra”, expresó Nicole.