Estuviste esperando esa noche para poder encontrarte con esa persona, preparaste todo lo que iba a suceder desde la entrada hasta la cena, pensaste lo que ibas a decir y cuáles serían los posibles temas que charlarían. Pero cuando todo sucede y llega el momento del postre, tu bastión no funciona.
Probablemente, habrás escuchado o dicho la frase “a mí nunca me pasó”. Lo cierto es que son muy pocos los casos que son tratados, porque generalmente prefieren desestimar y olvidar el momento.
Qué es la disfunción eréctil
La disfunción eréctil es la dificultad de poder tener una erección y/o de mantenerla. “Es la primera causa dentro de las disfunciones sexuales en el varón conjuntamente con la eyaculación precoz”, indicó el urólogo Leonel Smolje (MN 11.0794).
Sin embargo, pocas veces son tratadas y tomadas en cuenta para la salud: “Los hombres no asisten a las consultas por prejuicio y vergüenza. El miedo hace que no vengan al consultorio y que se terminen automedicando”.
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Esta disfunción puede darse de manera crónica o bien esporádicamente: “La eventual es más frecuente en chicos, adolescentes y jóvenes adultos, pero no todo lo que debería”. Al no iniciarse un proceso de tratamiento y desestimarlo, es más complejo calcular cuántos casos reales hay.
La pornografía puede ser contraproducente, ya que, en muchos casos, genera una expectativa sobre el encuentro: “Puede suceder, que tengan un encuentro sexual en la primera cita, y por temor o por querer rendir más de lo que se puede podría motivar que la erección no sea lo satisfactoria que debería ser”.
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Para que la erección suceda es necesario que los conductos deferentes, ubicados dentro del pene, se llenen de sangre para aumentar su tamaño y vigorosidad. El proceso no es únicamente físico, lograr la excitación también involucra un trabajo mental.
“El 85% de las causas de los problemas eréctiles son psicógenas, el resto tiene que ver con el consumo de sustancias”. Por eso, es necesaria la consulta con el sexólogo para poder determinar la raíz de la disfunción.
Los motivos de los problemas de erección son múltiples, desde una enfermedad preexistente hasta un dilema psicológico como estrés, ansiedad, depresión y hasta problemas de relación interpersonales. “El 10% se debe a causas orgánicas, como el alcoholismo, consumo de tabaco y la diabetes”.
Hay que tener en cuenta que biológicamente la erección cambia con la edad: “Cambia la calidad y el tiempo de duración. El intervalo entre erecciones, por ejemplo, es menor cuando sos adolescente que cuando sos más adulto, porque el nivel de testosterona disminuye”.
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Es por eso que a partir de los 40 años puede iniciar la andropausia: “Durante este periodo disminuye el nivel de testosterona y esto genera que haya una disminución del deseo sexual”.
La testosterona es una hormona masculina que influye en muchas funciones físicas, como los órganos sexuales, los huesos, los músculos, el cerebro, la piel y el cabello. La disminución provoca menor nivel de eyaculación y del deseo sexual.
La disfunción eréctil es reversible, con el tratamiento y la medicación correcta, en caso de que se requiera, se puede lograr la erección deseada.
5 tips para cuando te suceda
La frustración y la vergüenza que se genera en el momento, puede generar malestar e incomodidad entre los involucrados. Sin embargo, la disfunción eréctil afecta a los hombres de todo el mundo, sin importar clase social ni edad.
Si llega a suceder podés realizar lo siguiente:
- Si luego de que te sucedió en ese momento querés volver a intentarlo, podés hacerlo: “Trata de que todo se haga más calmado y relajado. El proceso de excitación debe ser elevado y diferente a lo que se hizo previamente”.
- La pareja podría sentirse culpable: “Suelen sentirse no deseadas o llegan a pensar que hay un engaño. Por eso, es recomendable que cuando se inicie el tratamiento se realice en pareja y no individualmente”.
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- No siempre es igual: “No es que si te paso una vez es una regla de que te pasará en cada acto sexual y cada encuentro”. Son muchos los factores que provocan la falta de erección, puede que no te suceda lo mismo si lo intentás en la segunda cita o que con otra persona no te pase. La causa es relativa y personal. La consulta es fundamental para conocer la raíz del problema.
- Hablalo con tu pareja. Podés hablar abiertamente de lo que te sucede, si estás en un ambiente de confianza. “De esta manera se aborda al problema como un tema de pareja”.
- Consultar con un profesional apenas suceda: “Si vuelve a pasarle al paciente, lo que termina generando es la sensación de fracaso, por eso no hay que esperar a que nos vuelva a suceder”.