Merrilee Kick era maestra en una escuela pública de la ciudad texana de Plano hasta que creó BuzzBallz, unos “cocteles listos para beber” que vienen en simpáticas botellas redondas de colores brillantes y llevan nombres como “Lanzador de grúa” y “Manzana prohibida”. Así revolucionó la industria de las bebidas y se convirtió en millonaria: ganó más de 400 millones de dólares y transformó su emprendimiento en una empresa de US$2.000 millones.
“Construimos un legado y nos convertimos en competidores en un espacio al que las mujeres nunca llegaban. Siento que estoy viviendo el sueño americano”, contó la emprendedora estadounidense, que el año pasado vendió casi 7 millones de cajas. Sin embargo, espera duplicar sus ventas el año próximo, gracias a la venta de la empresa a Sazerac.
Una venta millonaria
Sazerac es un conglomerado de bebidas espirituosas perteneciente al multimillonario William Goldring, con sede en Louisiana, que adquirió la empresa por un monto al contado que no se especificó. La revista especializada Forbes lo estima en unos 500 millones de dólares.
Sin dar precisiones exactas, la empresaria aseguró que la cifra fue muy superior a esa y Forbes, después de hacer un nuevo cálculo conservador sobre la compra-venta, anunció que la emprendedora texana embolsó al menos 400 millones de dólares. Así, se ubicó en el puesto 84 entre las mujeres que más ganancias obtuvieron el año pasado y hace solo un mes trepó al puesto 50.
Merrilee Kick, una maestra emprendedora
Merrilee Kick, de 61 años y oriunda de Plano, Texas, trabajaba como maestra de Administración en una escuela pública de su ciudad. Creció en una familia donde los negocios nunca salían bien y soportó múltiples quiebras. Su padre perdió su empresa de tala de árboles en Montana “por falta de perspicacia”, según la emprendedora.
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Por eso ella de pequeña tuvo muchas veces que arreglárselas sola y convertirse en una luchadora, que sabía que no tenía que rendirse. Su creatividad y su ambición la llevaron a lanzar BuzzBallz, unos cocteles con alcohol “listos para consumir” que fueron un éxito entre los adultos jóvenes de Estados Unidos. Ya en su segundo año, la empresa empezó a tener grandes ganancias en el mercado competitivo de las bebidas espirituosas.
Fue en 2009 cuando, sentada en el borde de una pileta mientras corregía los trabajos de sus alumnos, soñó con unos refrescantes cocteles que vinieran en divertidas botellas plásticas redondas, que fueran fáciles de agarrar y no se rompieran. La idea justamente era que fuera apta para un lugar como la pileta, donde una copa de vidrio como la que ella sostenía en ese momento se podía romper.
Por entonces, la mujer estaba haciendo un Máster en Administración de Empresas en la Universidad de la Mujer en Texas, pensando en cómo manejar su magra economía cuando se divorciara de su marido, lo cual ocurrió poco después.
Un lanzamiento burbujeante
La emprendedora compró las botellitas soñadas en China gracias a una herencia de 28.000 dólares recibida de su abuelo. Al año siguiente lanzó su producto con el lema “Buy it by the ball” (Comprala por la bola) y se arremangó para cargar las cajas en los camiones y servir tragos en las tiendas.
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Después del enorme éxito de los cocteles y la venta de la empresa, la fundadora y CEO no cedió su participación. Sin embargo, les otorgó el 24,5 % a cada uno de sus hijos, Alex y Andrew, que ahora son el presidente y el vicepresidente respectivamente.
Menos de quince años después de que Merrilee Kick fundara su empresa, las botellas coloridas de BuzzBallz ya se distribuyen en 29 países con ingresos anuales de 500 millones de dólares, según la revista especializada Forbes. Un verdadero boom.