Rita se levantó el viernes con el entusiasmo que la caracteriza y desayunó junto a sus papás, que desde temprano le hicieron saber que iba a ser un día especial. Como es muy coqueta, se bañó y pasó por la peluquería para ponerse a tono con la fiesta que le estaban preparando. Incluso su mamá Laura le mandó a hacer un vestido para la ocasión. Después de la siesta, los tres llegaron al local para ultimar detalles y esperar a los invitados. Cualquiera podría pensar que Rita es una nena, pero en realidad es un caniche micro toy beige que celebró su cumpleaños de 10 en un salón de fiestas para perros.
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En un contexto donde cada vez más personas eligen tener mascotas antes que hijos, Mendoza Pets decidió innovar e ir un paso más allá en el mundo pet friendly. Ubicado en Rosario, es el primer local que incorporó un servicio similar a los que se brindan para chicos pero para festejar el cumpleaños de los compañeros perrunos.
“Hace un año que montamos este espacio cómodo y seguro. Organizarlo no fue difícil, el perro no exige demasiado y se adapta. La verdad es que se generan lindos momentos entre los perros, que juegan en el patio interactivo, y los invitados”, expresó Facundo Díaz, el dueño, en diálogo con TN.
Contó que se inspiró en la experiencia de otros países donde suelen hacerse este tipo de eventos “Viajo mucho y me pareció una idea muy copada. También es una excusa más para que los dueños se junten y tengan la posibilidad de traer a sus mascotas. La gente se copa y les gusta compartir un espacio donde pueden estar libres con sus perrihijos”.
De hecho, hace unos meses, una Shih Tzu celebró su cumpleaños y la “mamá” contactó a los dueños de dos galgos que se habían hecho muy amigos en la colonia de verano. “Ella no los conocía, pero vinieron igual. Fue increíble, no podíamos creerlo”, agregó Díaz.
Todavía faltaban unos minutos para que comenzara la fiesta y Rita ya estaba lista: llevaba puesto su vestido color coral con piedritas en forma de flor y una coronita. Mientras tanto, Eliana y Jazmín, empleadas del local, terminaban de colocar en el salón los banderines personalizados con la cara de la agasajada y acomodaban el menú para perros y humanos.
La mesa estaba desbordada de comida. Había galletitas de vegetales y arroz en forma de hueso y huellas; unos muffins de avena y algarroba; unas bolsas tipo souvenir que venían con sorpresa para el final de fiesta. La protagonista de la mesa era la torta de cumpleaños, hecha con puré de papa, calabaza y remolacha y decorada con un lazo violeta. Para los humanos había pizzetas, snacks y sandwiches y para tomar, gaseosas y cerveza.
Cerca de las 18 empezaron a llegar los invitados. Primero Martita, después Kayla y por último Toto, todos acompañados de familia y amigos. Al atravesar la puerta, se mostraban expectantes porque no se imaginaban exactamente con lo que se iban a encontrar al subir la larga escalera, ya que el lugar cuenta con un pet shop en el primer piso y un acuario y veterinaria en el segundo.
“Hola Rita, ¡feliz cumpleaños! Mirá lo que tenemos para vos”, dijo una de las invitadas y movió el paquetito que tenía en la mano. Era una de esas pelotas que tienen luces de colores y hacen ruido al apretarlas. “Le va a encantar, es su juguete favorito”, contestó Laura. Segundos después, todos los perritos corrían detrás del chiche nuevo.
Mientras los adultos comían y charlaban, las mascotas disfrutaron de los juegos en el patio, se ladraron un poco y después se hicieron una panzada. Facundo contó que no hay un animador o coordinador, como sí hay en los cumpleaños infantiles, porque es muy difícil que en tan poco tiempo les haga caso, al menos tanto caso como le hacen a sus dueños.
A las 20, fue el momento más esperado: le cantaron el cumpleaños feliz a Rita y sopló la vela. Laura la alzó a upa y junto a su pareja y sus hijos acompañaron a la homenajeada en la mesa dulce.
“¿Por qué le festejamos el cumpleaños? Para nosotros es muy importante agasajarla, porque ellos tienen menos tiempo de vida con nosotros y forman en ese poco tiempo un lazo entrañable. Por eso, es fundamental compartirlo con amor”, expresó la mujer.
Y remarcó: “Estábamos muy entusiasmados porque siempre celebramos, pero esta es la primera vez que hay un espacio para mimar a nuestros seres. Ellos tienen su lugar de juegos y vos podes tomar algo y estar tranquilo sabiendo que ellos también la están pasando bien”.
Cuánto sale y qué incluye la fiesta de cumpleaños para perros
Según detalló Facundo, hay tres opciones para elegir, desde un festejo más básico a uno tope de gama. Todos duran alrededor de 2 horas y media, ya que el perro se estresa si está mucho tiempo con otros pares. Además, se calculan entre siete y ocho invitados perrunos y hasta 12 personas.
- Básico: este es el paquete base compuesto por el alquiler del salón y patio interactivo, invitaciones digitales y la mesa dulce (con galletas, muffins y torta). Los invitados humanos pueden traer mate o comprar ahí mismo, ya que el local cuenta con un bar. Cuesta $80.000.
- Estándar: este es un servicio intermedio y cuenta con el alquiler del salón y patio interactivo, invitaciones digitales, la misma mesa dulce, banderines personalizados con la cara del cumpleañero e incluye la bebida y comida para los invitados. Su valor es de $100.000.
- Premium: este paquete es el más completo. A lo que ofrecen los otros dos, se le suma la sorpresita tipo souvenir para cada perro al finalizar el cumpleaños y un voucher de regalo para compras de productos en el negocio. Vale $130.000.
Qué pasa si tengo un perro complicado o si quiero festejarle el cumpleaños a mi gato
Algunas de las consultas que suelen aparecer es qué pasa si el invitado tiene un perro complicado, con mal comportamiento. En estos casos, se espera que la persona sepa que el animal puede estar con otros en el mismo lugar.
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“Tratamos que la gente sea un poco respetuosa y si sabe que no puede estar en ese lugar, lo respeta y no lo lleva. Pero generalmente suelen venir perros chicos y medianos, ya que es una zona de departamentos”, indicó Díaz.
También suelen preguntar si se puede organizar una fiesta para un gato o si puede ir de invitado: “El gato puede ir, pero no lo recomendamos porque son muy independientes y, salvo que se conozcan mucho con el perro cumpleañero, es difícil su relación. Si es un cumpleaños totalmente de gatos, sí con algunas restricciones, como la puerta cerrada para evitar que se vayan de la locación”.