Un reconocido coach de infidelidad reveló las señales que podrían indicar que una persona puede estar siendo infiel con su pareja. Entre otras cosas, el hombre sostiene que las probabilidades de que una pareja engañe a la otra aumentan dependiendo de su edad.
El barcelonés Albert Arnaiz contó en su libro “Cómo ser infiel sin que te pillen” que es más probable que una infidelidad se produzca a los 29, 39 y 49 años. Sin embargo, la consejera sexual y de relaciones Albertina Fisher dijo que no hay ninguna investigación que respalde las afirmaciones del entrenador de infidelidad.
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Sin embargo, los finales de cada década tienen cierto sentido lógico, ya que son períodos en los que las personas suelen reflexionar sobre sus vidas. Fisher afirmó que las aventuras amorosas pueden suceder a finales de los 20 años, ya que casarse o convertirse en padre cambia la dinámica de la relación.
Ella sostuvo que el deseo de una persona de ser una “versión diferente de sí misma” puede parecer más fácil de perseguir con una aventura que a la idea adaptarse a su pareja. Además, crecer en un hogar donde otras personas tuvieron aventuras amorosas también puede “legitimar” la idea de engañar a los demás.
Las estadísticas muestran que el 25% de los hombres y el 18% de las mujeres engañan a sus cónyuges al menos una vez durante su matrimonio. En tanto, la coach de intimidad Nicola Foster dijo que las personas de entre 30 y 40 años pueden verse tentadas a tener una aventura en su lugar de trabajo mientras su pareja se concentra en su desarrollo profesional.
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Estas personas se comprometieron cuando tenían 20 años y, después de casarse a los 30, comienzan a sentir pánico por tener relaciones sexuales con una sola persona por el resto de sus vidas. En estos casos, la comunicación y el apoyo mutuo al crecimiento personal pueden ayudar a evitar que el otro se supere. La ayuda de un consejero de parejas también podría ser necesaria para reconectarse después de los 40 años, a medida que la intimidad disminuye.
Foster agregó también que guardar secretos es lo que causa “daño” a una relación. Las parejas deberían discutir la posibilidad de una no monogamia consensuada en lugar de ocultar una aventura.
