La aparición de los mil millonarios surgió como consecuencia de la concentración económica en la última década, pero son muy pocos los que pueden vanagloriarse de formar parte de ese selecto listado: uno de ellos es Johann Graf, un austríaco que se desempeñaba como empleado en una carnicería pero que logró construir un imperio en el mundo de los tragamonedas.
El empresario, que nació el 3 de enero de 1946, se formó en el seno de una familia humilde y fue criado por sus abuelos: todos ellos vivían en una misma habitación y no contaban con servicio de agua corriente. De hecho, sus tutores legales eran encargados de un local de chacinados, por lo que el joven parecía condenado a estar al frente del negocio cuando se convirtiera en mayor de edad.
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Por supuesto, sus parientes le enseñaron algunos tips vinculados a la venta, pero la experiencia detrás del mostrador fue su principal formación. Sin embargo, a partir de la década del ‘70, el europeo, que por aquel entonces residía en Viena, decidió importar máquinas norteamericanas que empezaban a abrirse paso en los bares: se trataba de los famosos “Pinball” que se popularizarían años después.
Johann Graf: cómo inició su camino en el mundo de las apuestas
Rápidamente, comenzó a crecer como hombre de negocios y logró contactos con los dueños de diversos comercios en su país natal. Así, fue contratado como agente de una empresa británica dedicada a los tragamonedas, aunque vio la oportunidad de mejorar su servicio adquiriendo el apoyo de profesionales calificados para solucionar los problemas de sus clientes.
A medida que su iniciativa tomaba forma y acumulaba cada vez más capital, el inversor creó la compañía “Novomatic Automatenhandels AG” en 1980: gracias a la firma, el magnate pudo introducir la línea de artefactos “Admiral” en el territorio. Tras apenas unos meses, también fue convocado para expandir su propuesta en Suiza de la mano de los juegos de azar electrónicos.
La caída del Muro de Berlín, además, favoreció notablemente a la empresa, que se hizo cargo del 70% del mercado en el Viejo Continente. A su vez, la aplicación de tecnología moderna en los casinos apuntaló su ascenso meteórico: los avances en el sistema myACP, que permitió automatizar el sistema de pérdidas y ganancias y los rendimientos en los establecimientos, redujeron el margen de error casi a cero.
Por otra parte, Novomatic se involucró en el desarrollo de la función biométrica que garantizó los pagos seguros a los ganadores. En la actualidad, su primogénito Thomas es parte fundamental del consejo administrativo y la empresa posee más de 1200 salas de juego y apuestas deportivas -que se pusieron de moda en los últimos meses- en todo el planeta.
El patrimonio que lo situó en la revista Forbes y su gusto por los autos de colección
De hecho, Graf pudo reclutar a miles de personas y la compañía tiene sucursales hasta en 50 naciones, incluida la Argentina. En base a lo indicado por la prestigiosa revista Forbes, el austríaco cuenta con un patrimonio cercano a los 7.100 millones de dólares, ocupando el escalafón número 385 en el ránking de las personas con más dinero en el mundo.
Asimismo, Johann tiene un gusto particular por los automóviles clásicos, a tal punto de que se transformó en un asiduo coleccionista. Más allá de su predilección por los Jaguar, el padre de la criatura ostenta alrededor de 120 vehículos y no se conoce mucho de su vida privada: se sabe que es divorciado y que tuvo tres hijos.
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“Nuestros trabajadores son el activo más valioso, y lo demuestran de forma impresionante día tras día con su compromiso, conocimiento y habilidades, incluso en tiempos tan difíciles como la pandemia y las crisis económicas”, suele repetir el empresario, que maneja uno de los grandes negocios de la época contemporánea.
