Conservar alimentos por un largo periodo de tiempo se vuelve, muchas veces, imposible. Al poco tiempo que lo compramos y no lo consumimos comienza a ponerse feo y generalmente debemos tirarlo.
Esto suele pasar, más que nada, con el pan, el cual al los pocos días se pone chicloso, duro o se llena de moho. Ante esta problemática, existe una sencilla solución que puede hacer que este producto dure más de la cuenta sin perder su sabor ni su textura y tiene que ver con su guardado.
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Seguramente, lo más común es guardarlo en una bolsa de plástico y dejarlo en la mesada o dentro del microondas o en los muebles de la cocina. Pero, este material de plástico no permite el intercambio de aire y humedad con el exterior, lo cual genera que este se seque rápidamente y se llene de moho.
¿La solución? Utilizar bolsas de papel madera. Este material permite mantener el pan más fresco, ya que deja que el pan respire y la corteza siga crujiente durante un poco más tiempo que en una bolsa de plástico.
Sin embargo, los expertos en alimentos aseguran que no es suficiente con la bolsa de papel, sino que también es necesario que esté recubierta de parafina -una especie de cera constituida por una mezcla de hidrocarburos derivados del petróleo-, ya que esta sustancia permite que el pan no se seque con el tiempo.
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Otra opción es el papel de cera de abeja, que permite que los alimentos se mantengan frescos durante más tiempo. Esto hace que la humedad del alimento se proteja mientras se mantiene el intercambio de aire para evitar el moho.