En la Argentina se desechan más de 400 toneladas de tapizados de autos por año, en su mayoría posibles de reutilizar. Así lo entendió Leaf, que decidió ampliar el alcance de su propuesta como empresa de triple impacto y comenzó a transformarlo en accesorios y artículos vinculados con la industria de la moda.
La producción se inició este año en marzo y lleva reutilizados casi 1700 metros cuadrados de tapizados que hubieran terminado en vertederos, contaminando el ambiente.
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La oferta de productos incluye desde mochilas, bolsos y carteras, a artículos más pequeños, como neceseres, porta mate, porta notebooks y porta documentos, entre otros. Su capacidad de producción actual alcanza las 5000 unidades mensuales.
“La marca conecta a dos de las industrias más contaminantes -la de la moda es la segunda más contaminante del mundo y la automotriz es la quinta- para crear ecoproductos con materiales recuperados”, explicó a TN Cinthia Fehling, directora creativa de Leaf.
Lo que busca la empresa es generar “un impacto positivo en el ambiente, al recuperar residuos textiles descartados, y en la sociedad, al ser confeccionados en la Argentina por talleres sociales que brindan oportunidades laborales a personas en situación de vulnerabilidad”, bajo la premisa de “disminuir la brecha de pobreza y desigualdad”. Por eso, se la considera entre las empresas de triple impacto.
Su incursión en el mercado no es nueva, desde hace siete años transforma materiales como silobolsas, arpillera plástica, lonas de banner, big bags, velas náuticas y diversos textiles en artículos vinculados al mundo de la moda. La innovación de este año fue la decisión de incluir el descarte de tapizados de la industria automotriz.
Un proceso que empieza con el descarte de los autos
Según cifras de Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), en 2023 se fabricaron 610.715 vehículos en la Argentina, pero en el primer semestre de este año la producción sufrió una fuerte caída superior al 26%, alcanzando las 216.736.
Si se calcula un promedio de 500.000 anuales y, de acuerdo con los datos de Leaf cada vehículo nuevo genera entre 10 y 20 metros cuadrados de tapizado, por año se proyecta un uso de entre 5 millones y 10 millones de metros cuadrados en toda la industria automotriz argentina.
“Las estadísticas oficiales no son precisas y hay un alto índice de informalidad en el sector; sin embargo, se estima que se desarman entre 150.000 y 200.000 vehículos por año en el país y la mayor parte de los tapizados se descarta como residuo”, explicó Fehling. Así, entre 1,5 millón y 4 millones de metros cuadrados de tapizados terminan en la basura en apenas 12 meses.
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Con casi 1700 metros cuadrados reciclados, el aporte que hace Leaf parece menor, pero podría representar un alto impacto si más firmas se suman a la iniciativa y si se consolida, por parte de los consumidores, la demanda de artículos hechos con productos reutilizados, cuyo destino era la basura.
“Creemos en el mundo de los negocios como factor de cambio; en hacer negocios que cambien el mundo con un impacto positivo. Hacemos productos que invitan a ser protagonista del cambio. Transformamos el acto de consumo básico, en consumo solidario”, son conceptos que impulsan la innovación por parte de la compañía.
Como parte de ese proceso de triple impacto, los tapizados a los que les dan una segunda oportunidad son donados por autopartistas que decidieron sumarse a la iniciativa de reducir la generación de dióxido de carbono (CO2) -principal gas de efecto invernadero- que implicaría enviarlos a vertederos o basurales.
“Buscamos reeducar al consumidor final: concientizarlo sobre la contaminación ambiental y los problemas sociales que precisan de acción urgente en el mundo; demostrar que la industria argentina tiene un potencial enorme y una calidad que supera la de muchos productos importados, y fomentar el reciclado y que no sea considerado de menor calidad, sino que al contrario, sume calidad y extienda la vida útil”, detalló la directora creativa de la firma.
Qué fabrican con tapizados de autos descartados
Según Fehling, “en los últimos años, se ha observado un cambio significativo en la conciencia de los consumidores respecto de sus decisiones de compra dentro de la industria de la moda”. “Son cada vez más conscientes del impacto ambiental y social de la moda y buscan alternativas más éticas y sostenibles”, aseguró.
Por eso, la línea de productos ecológicos incluye una serie limitada de carteras, bolsos, neceseres y mochilas. Según dijo, “esta iniciativa se enmarca dentro de los principios del slow fashion y el upcycling (estrategia para transformar un desecho en un producto de mayor calidad y valor ecológico), logrando generar triple impacto en una industria cuya demanda por alternativas eco-amigables es cada vez más creciente”.
La idea original fue centrarse en merchandising corporativo para la industria automotriz, pero la directora creativa de Leaf aseguró que el buen recibimiento y la creciente demanda los decidió a expandirse a otras industrias y sumar carteras, bandoleras y mochilas también para el consumidor final.
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Los precios van desde los $9000 un porta mate, a $30.000 una bandolera y entre $40.000 y $60.000 las carteras.
“Al reciclar, nos convertimos en consumidores más conscientes del impacto que nuestras acciones tienen en el planeta. Esto nos anima a reducir nuestro consumo, reutilizar materiales y elegir productos sostenibles. En resumen, reciclar es una práctica esencial para proteger nuestro planeta, garantizar el bienestar de las generaciones futuras y construir un futuro más sostenible. Es una acción sencilla que todos podemos realizar para marcar una gran diferencia”, concluyó Fehling.