Mar del Plata es uno de los destinos turísticos preferidos del país en verano y, por sus encantos y dimensiones, la máxima representante de la Costa Atlántica. Así, La Feliz fue tiempo atrás la elegida para replicar un fenómeno porteño: el parque de diversiones “ItalPark”, que había sido inaugurado en la Ciudad de Buenos Aires seis años antes.
El éxito del ItalPark, que llegó a la Argentina de la mano de la familia Zanon en 1960, resultó enorme. Por este motivo decidieron expandirlo: abrieron una nueva sede en Montevideo y otra en Mar del Plata, aunque esta última cayó en desgracia y le tocó atravesar 27 años malditos hasta que el predio pudo volver a utilizarse.
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En diciembre de 1966, el parque de diversiones marplatense fue inaugurado en un enorme predio que se ubicaba en el kilómetro 401 de la Ruta 2. Era durante toto el año un centro de entretenimiento para los habitantes de la ciudad, pero en temporada marcaba números récord: se estima que llegaba a recibir hasta 10 mil personas por día.
El lugar abría sus puertas gratuitamente y quienes lo visitaban solo debían pagar por las atracciones que querían utilizar. Además de todos los juegos, había merchandising y patio de comidas. En verano, y vacaciones de invierno, funcionaba de lunes a lunes, lo que daba cuenta del éxito que significó para la ciudad durante aquellos años.
Entre los juegos importados de Italia que fabricó la familia Zenon se encontraban los más concurridos de la época: laberinto del terror, tren fantasma, autitos chocadores, Dumbo y autódromos. Pero los años de gloria, que se extendieron entre 1966 y 1990, no serían eternos.
La desgracia llegó para el ItalPark en su sede principal, la de la Ciudad de Buenos Aires. Aunque tuvo algunos problemas previos que agitaron el fantasma de una maldición, el desastre final ocurriría el 29 de julio de 1990. Aquél día, una adolescente de 15 años perdió la vida y su amiga quedó herida gravemente.
Roxana Celia Alaimo y Karina Benítez se subieron al Matterhorn, una de las atracciones que generaban más adrenalina, cuando su carrito salió despedido. La primera falleció y su acompañante sufrió heridas, lo que provocó que la gente dejase de asistir como lo hacía regularmente por la desconfianza en la condición de los juegos.
La investigación arrojó un resultado contundente: las instalaciones no eran inspeccionadas desde hacía una década, por lo que ItalPark se vio obligado a cerrar sus puertas en la Ciudad de Buenos Aires.
La mala fama y las dudas sobre la seguridad de los juegos llevaron a que la sede de Mar del Plata también quedara desactivada en 1990.
El cierre del predio, que permaneció abandonado pero durante un tiempo con la infraestructura de los juegos dentro de él, causó una ola de vandalismo: muchos ingresaban y, además de hacer pintadas, buscaban llevarse algún recuerdo del parque que supo entretener a generaciones.
La maldición del ItalPark: la empresa que invirtió en el predio de Mar del Plata para cortar los años de desgracia
La maldición del Italpark, además del trágico suceso, incluyó en la Ciudad de Buenos Aires un incendio en el tren fantasma y en el laberinto del terror, además de otro accidente en la pista Súper Monza.
En Mar del Plata, la desgracia se extendió al abandono del predio durante 27 años, hasta que arribó Easy para volver a darle vida a la zona.
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Algunas historias señalan que los infortunios alrededor del parque de diversiones fueron provocados por magia negra, luego de que los vecinos de Parque Thays, en la Ciudad de Buenos Aires, encomendaran la tarea de lanzar una maldición para que el mismo cierre, debido a que su funcionamiento hacía bajar el precio de las propiedades que se encontraban alrededor.
Desde su cierre en diciembre de 1990, hasta su reapertura en diciembre de 2017, el predio de Mar del Plata ubicado en Monseñor Zabala y Della Paolera estuvo abandonado.
Fue la empresa Easy, que con una inversión de 225 millones de pesos, generó 150 puestos de trabajo para los habitantes de la ciudad y recuperó un espacio vacío para cortar con los años malditos.