Ney de Souza Pereira nació en el estado de Mato Grosso del Sur, pero el nombre que adoptó en 1971, cuando llegó a San Pablo, no tiene que ver con eso: Matogrosso es el apellido de su abuela materna. Su padre, Antõnio Matogrosso Pereira, era un militar de carrera, veterano de la II Guerra Mundial y Ney, como la mayoría de los artistas, siempre supo lo que quería: le gustaba cantar, pintar y actuar.
Tras pasar en soledad su infancia y adolescencia abandonó por fin su casa familiar a los 17 años e ingresó a la Fuerza Aérea Brasileña. En realidad no sabía qué hacer de su vida. Realizó todo tipo de trabajos, por ejemplo se incorporó en un momento al laboratorio de anatomía patológica del Hospital de Base de Brasilia.
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Pero él quería actuar y cantar. Cuando tiempo después lo invitaron a participar en un festival universitario se animó a formar un cuarteto vocal a pesar de las protestas de su profesora de canto, que consideraba su voz demasiado aguda. Pero el director del coro del que formaba parte no estaba de acuerdo: apreciaba lo que llamaba su “voz especial”.
Después del festival Ney Matogrosso buscó la manera de trabajar como actor con suerte diversa. Mientras tanto se dedicó a hacer artesanía y adoptó claramente la filosofía hippie. Su verdadera carrera comenzó en 1971 cuando conoció a João Ricardo, quien lo invitó a integrar la banda Secos y Mojados. Este grupo revolucionó la música brasileña: tomaban temas del folklore del país y los mezclaban con la poesía de Vinicius de Moraes y Fernando Pessoa.
Cómo empezó la carrera de Ney Matogrosso
Se presentaban con raros maquillajes y atuendos extravagantes y pronto se convirtieron en el mayor fenómeno musical de Brasil. Ney Matogrosso, como vocalista, sin duda era la estrella del grupo. Al año siguiente Ney abandonó Secos y mojados y por su cuenta logró fascinar al público con un vestuario de lujo, muy llamativo, y una sensualidad inédita.
Su primer disco como solista, Água do Céu-Pássaro, no fue un éxito. La cubierta era de cartón rústico y Matogrosso aparecía pintado y cubierto de pelos de mono y adornos hechos con dientes de vaca. Aun así pasó inadvertido. Entre otros músicos destacados, en este álbum participó el guitarrista Claudio Gabis. Todo lo que hizo después, sin embargo, tuvo mucho éxito; especialmente popular fue la canción Bandido corazón, compuesta por Rita Lee.
Provocativo y transgresor, Ney Matogrosso escandalizaba y al mismo tiempo fascinaba al público de Brasil mientras resistía las frecuentes amenazas que recibió durante el régimen militar. Hacia fines de los años 80 cambió el estilo; abandonó sus exóticos atuendos y comenzó a presentarse en traje y corbata o con un sencillo pantalón de lino y una camisa de seda.
Grabó una enorme cantidad de discos y hasta el día de hoy, a los 82 años, sigue activo e irresistible. De hecho está por iniciar una gira por diversas ciudades de Brasil. Además, Ney Matogrosso mantiene una reserva natural en el estado de Río de Janeiro para proteger a los monos leones dorados, una especie que estuvo en peligro de extinción.
