Con una beba de apenas tres meses en brazos, Cecilia Álvarez abrió un spa de manos en Florencio Varela. Siempre supo que hacer uñas era lo que más le apasionaba en el mundo y apenas tuvo la oportunidad, se lanzó con todo sin saber lo que vendría detrás: su trabajo escaló rápidamente y en pocos años montó un imperio en un rubro que actualmente la rompe. Hoy tiene una sucursal en Miami y sueña con poder atender a Lionel Messi y Antonela Roccuzzo.
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Perseguir un sueño
Desde muy chica Ceci supo a qué se quería dedicar. Le encantaba pintarles las uñas a sus amigas, a los familiares de ellas y a todo aquel que se acercara. “Eran mis muñecas de verdad”, expresó en diálogo con TN.
Con el tiempo se fue perfeccionando y a los 18 años comenzó a hacerlo de manera profesional, pero con muchas dudas. “No lo quería contar porque en ese momento estaba mal visto, te pensaban como la típica manicura agachadita en un rincón, no tenía un lugar importante”, explicó.
Paralelamente, había comenzado la carrera de psicología, pero cuando le faltaba poco para recibirse decidió abandonar todo e ir por lo que realmente le gustaba. “Fue la decisión más difícil de mi vida, dudé mucho sobre si la estaba cagando, pero creo que valió la pena”, sostuvo.
“Mi papá era panadero y mi mamá empleada doméstica. Vengo de una familia de laburantes a los que les costaba un montón todo, pero que hicieron lo mejor por mí y eso hizo que después pueda abrir mi saloncito, que al poco tiempo se convirtió en una mega empresa y que generó que hoy seamos líderes en el rubro. Todo eso, sin dudas, tiene que ver con la educación que me dieron, que apoyaron y también que pagaron”, detalló Ceci.
Mamá emprendedora
Con una beba de apenas tres meses en brazos, Ceci arrancó con el sueño de su vida. Su primer local lo abrió en la localidad bonaerense de Florencio Varela y se repartía para todo.
“Le daban la mamadera a Esperanza mientras atendía, era una bola de estrés porque a la vez limpiaba, ordenaba, cobraba. Todo lo hacía yo y estaba colapsadísima hasta que un día una clienta me dijo que lo mejor para ella era que vaya a un jardín y no estar encerrada conmigo, me lo dijo de una manera tan buena que yo empecé a analizarlo porque para mí al principio era un horror eso”, explicó.
Con muchas dudas, finalmente optó por anotarla en un maternal. “Yo trabajaba tranquila, la pasaba a buscar y disfrutaba de tener un bebé en casa que hoy ya tiene seis años”, aclaró.
El negocio escaló tan rápidamente que el siguiente paso fue abrir un salón de belleza, más grande, en Berazategui. “Con todo lo que hicimos nos fue tan bien y tan rápido que todos los días había que hacer algo nuevo, pero también pasó porque fuimos responsables en lo que hacíamos”, señaló en relación al trabajo que realizó junto a su esposo, quien forma parte también de este emprendimiento.
“Si yo faltaba a un turno no podía pagar el alquiler, era mi laburo, mi pasión, pero también lo que me daba de comer, por eso siempre fui responsable”, añadió. La joven empresaria señala que también busca trasmitirle a sus empleadas todo lo que ella aprendió. “En Paloma hay muchas mamás y me gusta poder enseñarles y darles su tiempo. Mostrarles todo lo que se puede aprender”, indicó.
La manicura de los famosos
Su asenso fue tal que enseguida se fueron sumando más aperturas de locales y la recomendación entre los famosos que eran cada vez más habitúe en su salón. De cantantes, bailarines, deportistas, políticos y las estrellas del Bailando, se convirtió poco a poco en la NailArtist más solicitada en el medio.
“Fui modelo y no me gustó. Pasé a ser asistente de producción y me encantó, así que fui por ese lado. Me encantaba la preparación que había detrás de un artista y por eso me encaminé por ahí”, contó Ceci.
“Lo mío siempre fue el arte sobre las uñas, no soy manicura como las de antes. Hoy hay toda la camada nueva de las técnicas y artistas de uñas. Antes no lo decía porque me daba vergüenza, pero con los años empecé a cuestionarme eso y a jerarquizar lo que hacía porque somos personas que entrenan, que practican mucho tiempo para dar un servicio”, agregó.
En tal sentido, contó que jamás imaginó poder darle un nuevo rumbo a lo que tanto ama. “Necesitamos gente que haga diferentes cosas que le apasionan y está bien que eso no siempre esté ligado a estudiar una carrera”, expresó.
“Es tanta la presión del entorno que todos te dicen lo que tenés que hacer. Cuando dije que iba a dejar la facultad fue tremendo y hasta hoy inclusive me preguntan por qué no termino la carrera, pero no quiero ser psicóloga. Cada vez son más las mujeres que eligen hacer uñas porque les apasiona y hacen mucho dinero”, sumó y agregó: “Gran parte de mis manicuras ganan más que una clienta que tiene un cargo gerencial en una empresa, pero la gente considera que por elegir hacer uñas se gana poco”.
Un rubro que llegó para quedarse
“En la Argentina tenemos la franquicia de los salones de uñas y nos está yendo super bien porque me preocupé en capacitar chicas. Este mercado vino a instalarse. Yo tuve la suerte de viajar mucho y siempre que lo hago voy a hacerme las uñas porque me encanta ver cosas nuevas y veo como en otros países están re avanzados y en la Argentina recién post pandemia se empezó a darle más valor”, destacó.
Sin embargo, rescató que en el país se instauró muy rápido. “Todos los días se abren salones y todos trabajan porque en esta profesión el sol sale para todos”, sostuvo.
Hoy Cecilia es líder en el rubro y decenas de marcas la buscan como fuente confiable para testear productos o promocionarlos. El éxito fue tal que logró abrir una escuela, que durante la pandemia la ayudó a sobrevivir.
“Monté la escuela en Berazategui porque vi que había mucha gente haciendo las cosas mal, porque arruinaban uñas por aprender de videos en internet. Dije pongamos una escuela, enseñemos cómo hay que esterilizar las herramientas de trabajo, cómo trabajar las manos y así se fue dando”, explicó.
Hoy tiene más de 1200 alumnas al año que arrancan desde muy chicas a demostrar cuál es el objetivo de su vida. “Vienen de 17 años a la escuela y te dicen que terminan el colegio y quieren hacer uñas y que les gusta eso, lo eligen, no es que no les da la cabeza para otra cosa, eligen hacer uñas, como yo también lo elijo por sobre todo el resto”, contó.
Inclusive, adelantó a este medio que acaba de cerrar un contrato con una universidad muy prestigiosa para brindar el oficio en sus sedes. “Dar el espacio para enseñar algo de manera super profesional, que hayan visto los manuales hechos por mí, y lo hayan aprobado es una locura”, reveló con emoción.
De Varela a Miami
Después de la apertura de diferentes franquicias en el país, Cecilia fue por más. “Surgió Miami de tantos viajes que hice. Siempre que iba me atendía en distintos salones y sentía que le hacía falta un poco de onda, estaban quedados en el tiempo. Así que como lo de Argentina era super bueno, empecé a pensar que si ponía un Paloma allá la rompía y así apareció una persona que me apoyó y nació Esperanza”, detalló.
De a poco comenzaron a llevar muebles hechos en la Argentina y montaron un local idéntico a los que hay en el país. “Ya tiene un año y le está yendo super bien. Somos sponsors de la Universidad de Miami, cerramos un convenio con ellos y le hacemos las uñas a los deportistas y tenemos descuentos para estudiantes”, señaló.
Además, tiene propuestas de varios países para nuevos proyectos y para ser la manicura de los protagonistas de una serie de Hollywood. “Tini nos llamó para que le hagamos las uñas cuando estaba en Miami por un show”, sumó y destacó: “Fue una locura”.
En medio de un crecimiento que no para, Cecilia va por más y sueña con tener de cliente a Lionel Messi. “Me encantaría hacerle los pies al mejor jugador de la historia del futbol, sería un honor, me encanta hacerlo porque los deportistas tienen otro tipo de servicio que es más por la salud”.
La joven empresaria anhela una regulación sobre el trabajo de las manicuras. “Hay un montón de grises en este rubro y estaría bueno que empiece a tomar color para el que trabaja y para el que invierte”, concluyó.