Víctimas de hechos de inseguridad, familiares de personas asesinadas en disputas narco y vecinos de Rosario se movilizarán hoy al Monumento a la Bandera para reclamar paz ante la escalada de crímenes que sufre la ciudad santafesina.
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“Rosario sangra”, “Rosario quiere paz” y “Rosario quiere vida” son las consignas del encuentro, que comenzará a las 20:00. Los organizadores -se agrupan en las redes como “Familiares y Víctimas de la Inseguridad - Rosario”- pidieron que los asistentes lleven una bandera argentina como símbolo.
La semana pasada ya habían hecho una protesta en la plaza San Martín, frente a la gobernación de Santa Fe. En esa ocasión llevaron velas como metáfora de la búsqueda de iluminar la ciudad en medio de la oscuridad de la violencia.
Según datos del Observatorio de Seguridad Pública, Rosario acumula 47 homicidios dolosos en lo que va del año (53 días), en un espiral de violencia que no parece encontrar solución: además de los robos, las bandas narco se disputan a tiros el territorio para la venta de droga dejando decenas de muertos y heridos en los barrios.
El lunes, durante el feriado de Carnaval, un hombre de 35 años murió luego de ser baleado en un ataque armado junto a otras cinco personas que asistían a un velatorio de otro hombre que había sido asesinado a tiros en la madrugada. Además, seis personas terminaron heridas como consecuencia del ataque desde un auto.
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La escalada de violencia tiene también impacto político: días atrás, el gobernador Omar Perotti hizo cambios en el ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe, con la salida de Rubén Rimoldi y el ascenso de Claudio Brilloni.
Además, luego varios cruces con la Casa Rosada, el mandatario provincial visitó de urgencia al presidente Alberto Fernández para explicarle la situación de primera mano y plantear una serie de reclamos por los ataques de sicarios. Perotti llegó a Buenos Aires con el objetivo de convencer al jefe de Estado de que el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, no le está informando la gravedad extrema de la situación en Rosario. Y le hizo una serie de reclamos para atacar el problema: más gendarmes, más control sobre las cárceles federales y más empleados judiciales.