Una amenaza de desalojo al club Zapiola, en Bernal, tiene en vilo a todo el barrio. Los vecinos y los pibes se oponen por la importancia de la institución para la vida social y deportiva de la comunidad.
“En 2018 los frenamos porque nos pusimos adelante de las topadoras, ahora lo volveremos a hacer, las veces que sea necesario”, expresó la nieta de uno de los fundadores.
Hace más de cuarenta años que existe, brinda contención y un lugar de encuentro para más de 2500 chicos. Tanta es la importancia del club, que el barrio Zapiola, adoptó el nombre por él.
A fines de los setenta, ese predio era un baldío, su dueño no le daba uso alguno y se lo cedió para que se cree la institución. El problema es que luego de fallecer, sus hijos iniciaron la gestión legal para recuperar el lugar.
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“Nosotros elegimos mejorar el barrio y lo mejoramos para todos, no solo para nosotros. Queremos hacer valer nuestro esfuerzo”, explicó una vecina que participó en la fundación.
Fútbol infantil, fútbol femenino, fútbol senior, talleres y aulas para el plan FinEs, el programa que incentiva la finalización de los estudios. Todas estas actividades brinda el Zapiola, un club realmente de puertas abiertas.
“Sacarle este club a los chicos es sacarle una parte de su vida. Cuando vengan las topadoras me voy a poner al frente, que me maten. El club es de los chicos”, sentenció uno de los padres.
La fecha estipulada por la Justicia para el desalojo es el quince de diciembre. Parece que ya es un hecho, pero el barrio sigue luchando para que el club Zapiola continúe de pie. Se sienten solos y que nadie los ayuda a frenar la embestida de los herederos, pero no se van a rendir.
