Cada vez más argentinos buscan experiencias que eleven su adrenalina al máximo. Opciones hay para todos los gustos, desde lanzarse en paracaídas, hasta recorridos en helicóptero y vuelos en globos aerostáticos, para los que ya no hace falta viajar a Capadocia. En la provincia de Buenos Aires hay alternativas, que incluyen almuerzos, brindis para ocasiones especiales y una promesa de vivir una aventura inolvidable.
Los globos aerostáticos permiten un deslizamiento suave por el aire, propulsados por gas o aire caliente, y su uso es estrictamente recreativo, a diferencia de otras aeronaves que también son utilizadas para actividades como el traslado de personas o de mercaderías.
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“La gente viene con muy buena onda, eso lo hace diferente. El vuelo es muy tranquilo. Se pueden observar la naturaleza, los animales, el sembradío y los movimientos rurales. El vuelo en globo es una atracción turística por naturaleza, no contamina, es ecológica y cultural”, dijo a TN Adrián Barozza, fabricante, piloto e instructor de Flotar en Globo.
Cómo es la experiencia de volar en globo
Volar en globo no es fácil, requiere de ciertas condiciones climáticas que no siempre son óptimas en la provincia de Buenos.
Quienes se acercan a vivir la aventura suelen tener un sueño desde la infancia, que quieren cumplir. Para el instructor se trata de “una vuelta a la niñez”.
Los motivos para los que se eligen van desde celebrar algún aniversario, hasta festejar un cumpleaños, sin importar la edad. “Viene gente de más de 80 o 90 años que no se quieren ir de este mundo sin antes haber volado en globo y eso me complica un poco, pero se hace posible”, aseguró el empresario, que a esta altura se dedica más a cumplir sueños que a llevar adelante un negocio.
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Cómo, cuándo y dónde volar en globo aerostático
En Flotar en Globo, la experiencia se realiza en dos momentos del día, al amanecer y al atardecer, “cuando los vientos son suaves y no superan los 15 kilómetros por hora”, explicó Barozza.
Para el amanecer la cita es a las 6:45 y para el atardecer a las 17.00. El vuelo dura unos 45 minutos, pero la propuesta es una actividad de tres horas, incluyendo una charla introductoria, conocer las partes del equipo y colaborar con el armado del globo, además de las infaltables fotos.
La zona de vuelo es en Carlos Keen, Luján, a apenas 80 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. El valor total es de $35.000 y requiere de reserva previa.
Para quienes no se animan a volar, pero quieren acercarse a la experiencia, la opción es pasar un día de campo en San Miguel del Monte y disfrutar de un show de globos aerostáticos, ver cómo se arman y, si quieren y el viento lo permite, ascender y descender en un mismo sitio para experimentar la sensación de flotar en el aire y volar.
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“En Chacra de Monte lo que hacemos es acercar el globo a la gente. Recibimos 50 personas por fin de semana y si el viento lo permite ascendemos en el lugar”, explicó Matías Aldazabal, creador del emprendimiento.
