El Vaticano confirmó que Artémides Zatti, conocido como “el enfermero santo de la Patagonia o el enfermero de los pobres”, será declarado santo y se convertirá en el segundo argentino canonizado luego del Cura Brochero.
El Papa Francisco autorizó al cardenal Marcelo Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, la promulgación del decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión del beato Zatti, de quien él mismo es muy devoto.
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El enfermero fue beatificado por el papa Juan Pablo II en abril de 2002. Fue luego de un milagro que lograron confirmar dos años antes los médicos de la Sagrada Congregación de los Santos en Roma. Se trató de la curación milagrosa de gangrena del seminarista Carlos Bosio, inspector salesiano en Rosario.
El pontífice argentino reconoció un nuevo milagro atribuido a la intercesión de Zatti, laico salesiano nacido el 12 de octubre de 1880 en la localidad italiana de Boretto y fallecido el 15 de marzo de 1951 en Viedma, en la Patagonia argentina.
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El supuesto segundo milagro se trata de una “curación inexplicable” en 2016 de un hombre en Filipinas que sufrió un ictus isquémico y derivó en otras complicaciones, de acuerdo a lo que informó la congregación Salesiana.
La vida del enfermero Artémides Zatti
La familia del nuevo santo, oriunda de Italia, se trasladó en 1897 a Argentina y se asentó en Bahía Blanca. Allí creció Zatti, quien tras trabajar como mozo en un hotel y como obrero, accedió a los 20 años a los Salesianos.
Asistiendo a un joven sacerdote enfermo de tuberculosis, contrajo esa enfermedad. Desde la congregación le ofrecieron la Casa salesiana de Viedma, donde había un hospital misionero con un enfermero salesiano que hacía prácticamente de “médico”: el padre Evasio Garrone.
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El cura invitó a Artémides a rezar a María Auxiliadora para poder sanar y le dijo que hiciera esta promesa: “Si Ella te cura, tu te dedicarás toda la vida a estos enfermos”. Artémides siguió el consejo y se curó misteriosamente, por lo que luego renunció al sacerdocio y se consagró totalmente al hospital.
Trabajó en el centro médico de Viedma, fue vicedirector, administrador y enfermero. Visitaba a sus pacientes en bicicleta y era muy querido por todo el pueblo.
En 1951 murió por un tumor en el hígado que él mismo se diagnosticó.
El camino a la santificación
El camino hacia los altares tiene varias etapas:
- la primera es ser declarado venerable siervo de Dios
- la segunda es la declaración de beato
- la tercera culmina en ser declarado santo
Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce “haber vivido las virtudes de manera heroica”.
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, mientras que la canonización, como en el caso de Zatti, requiere un segundo milagro obrado “por intercesión” después de ser proclamado beato.
