En el Museo de Aviación Norfolk & Suffolk, ubicado en la ciudad de Norwich, al noreste de Inglaterra, puede encontrarse, entre cientos de ejemplares, una icónica aeronave fabricada en la Argentina. Con la matrícula A-528, se exhibe en ese edificio un IA-58 Pucará, una verdadera leyenda de la Guerra de las Malvinas.
Diseñado y construido en la entonces Fábrica Militar de Aviones, hoy renombrada como Fábrica Argentina de Aviones “Brigadier San Martín” (FAdeA), en Córdoba, el Pucará, cuyo nombre significa “fortaleza” en quechua, tuvo su vuelo inaugural en agosto de 1969, aunque recién comenzó a operar en 1975.
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Tras 44 años acompañando a la Fuerza Aérea Argentina, en octubre de 2019, estas poderosas, ágiles y sencillas naves fueron retiradas del servicio debido a la gran cantidad de horas de vuelo que arrastraban los motores, los asientos eyectables y otra serie de componentes importados.
No obstante, lejos de dejarlas abandonadas en galpones, la FAdeA las sometió a una profunda modernización. A principios de 2021, algunas de ellas volvieron a volar para realizar simples tareas de vigilancia, aunque aún mantienen esa esencia combativa que los convirtió en una leyenda de la Guerra de Malvinas, en 1982.
El rol del Pucará en la Guerra de Malvinas
Debido a su gran maniobrabilidad, su potencia de fuego, su facultad para volar en condiciones climáticas extremas y su capacidad para aterrizar en pistas cortas y de tierra, el Pucará se convirtió en el avión ideal para combatir en el conflicto bélico de las Islas Malvinas, donde fue protagonista de varias hazañas y de un sinfín de bajas enemigas.
Los Pucará cumplieron un rol preponderante en la batalla de Pradera del Ganso, el primer gran enfrentamiento que se desarrolló entre el 27 y 29 de mayo. Allí, en medio de un fuerte temporal, logró derribar helicópteros ingleses.
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Durante todo el desarrollo del enfrentamiento, 14 de estos aviones se perdieron en combate. La mayor cantidad de bajas se registró en el ataque inglés a la Isla Borbón, donde destruyeron dos aeronaves y dañaron otras cuatro que estaban en la pista.
Además, 11 de estos Pucará fueron capturados por el ejército británico, que reconoció su eficacia y poder de combate. Uno de ellos fue llevado a Inglaterra y se exhibe en el Museo de Aviación Norfolk & Suffolk, en Norwich, Inglaterra.
El Pucará que se exhibe en Inglaterra
El empresario y piloto argentino Lorenzo Huffman descubrió por casualidad, en una revista de aviación que leyó en uno de sus viajes a Estados Unidos, que un museo inglés solicitaba datos técnicos y precisiones históricas sobre un avión con matrícula argentina.
Es que, luego de la Guerra de Malvinas, un Pucará sumamente deteriorado que había quedado en el campo de batalla, fue trasladado hacia Inglaterra. Sin embargo, no podía ser puesto en exhibición, dado que estaba separado en partes y le faltaban muchas piezas para poder ensamblarlo.
Fue así como Lorenzo se puso en contacto con los británicos y comenzó a colaborar con el rearmado del avión, que ahora se muestra ante el público. “Mucha gente sostenía que no había por qué colaborar con un museo inglés. Pero, afortunadamente, casi todos entendieron, poco a poco, que siempre es mejor apoyar la preservación histórica”, expresó.
Cómo es el avión Pucará
El Pucará, que tiene una longitud de 14,5 metros y una altura de 5,4metros, cuenta con dos turbohélices Turbomeca Astazou XVI-G de 713 kw, lo que le permite llegar a una velocidad máxima de 576 kilómetros por hora.
En cuanto a las especificaciones de su armamento, tiene cuatro ametralladoras FN-Browning M2-30, calibre 7,62 milímetros, con una capacidad para 900 municiones. A eso se le suman dos cañones RSA-804 calibre 20 milímetros, de 270 municiones.
En su estructura también se destaca su cabina biplaza y su tren de aterrizaje tipo triciclo, lo que le permitió descender en pistas cortas y de tierra de las Islas Malvinas, tales como la Base Aérea Militar Cóndor y el Aeródromo de Puerto Calderón, donde otro tipo de aeronaves no podían maniobrar.