Cuando ya pensábamos que Sophia Loren era una foto destacada en la iconografía del pasado, apareció protagonizando una película en su radiante vejez.
A los 85 años, luciendo un batón ajado, sin afeites ni trucos de ninguna clase, con solo su formidable estatura y altivo andar, la vemos en la feria de su pueblo regañando a un niño que intentó robarle y a quien luego va a amar y proteger. Se trata de la película La vida por delante, dirigida por su propio hijo, Edoardo Ponti.
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Algo en su mirada, su voz y su gestualidad conserva la grandeza que la convirtió en una de las más grandes actrices italianas, la primera en ganar un Oscar por una película en idioma extranjero -La ciociara- y una estrella indiscutida de Hollywood.
Mujer de un solo hombre en toda su vida, su relación con el productor Carlo Ponti tuvo toda clase de escandalosos contratiempos: él era mucho mayor que ella, estaba casado (con la hija de un general) y tenía dos hijos.
Fue acusado de bigamia, amenazado por la Iglesia de excomunión y aunque se casaron por primera vez en México ella siguió siendo considerada “concubina”. Finalmente “dieron el sí” de forma definitiva en Francia, después de que él tomara la nacionalidad francesa.
La infancia de Sophia Loren: de niña tímida a estrella de Hollywood
Sophia fue una niña tímida y esmirriada que se avergonzaba de su madre no solo por su espectacular belleza -rubia, alta y espléndida- sino también porque era soltera. Su padre, el arquitecto Riccardo Scicolone nunca se casó con ella.
A partir de los 14 años, la joven ganó varios concursos de belleza y cuando se presentó como candidata a Miss Roma a los 15 años y medio quedó segunda. Pero Carlo Ponti estaba en el jurado y la vio. Así comenzó todo.
Al principio ella hizo fotonovelas y pequeños papeles en películas, pero a partir de 1954, cuando conoció a Vittorio de Sica y a Marcello Mastroianni pasó a formar parte del grupo de bellezas italianas que iluminaron el costado romántico del neorrealismo italiano, junto con Gina Lollobrigida y Claudia Cardinale.
Miedo escénico y la lucha contra el cáncer de mama: los obstáculos de Sophia Loren en su carrera
Para entonces ya era popular en Hollywood y trabajó con sus máximas estrellas: Frank Sinatra, Cary Grant, Paul Newman, Clark Gable, John Wayne, Peter O’Toole y muchos otros a lo largo de una extensa y fecunda carrera. Es interesante también señalar algunos de los papeles que rechazó: los protagónicos de Cleopatra, Doctor Zhivago e Intriga internacional (de Alfred Hitchcock) además de las series Dinastía y Falcon Crest.
Por supuesto ganó toda clase de premios, además de los dos Oscar (uno honorífico). Superó un cáncer de mama y tuvo dos hijos aunque le habían pronosticado que a pesar de sus buenas caderas no podría tenerlos.
Además de su exitosa carrera cinematográfica -nunca actuó en teatro porque padece miedo escénico- realizó varios emprendimientos comerciales: un lápiz labial que lleva su nombre para Dolce & Gabbana, una colección de anteojos y un perfume de su propia marca.
Respecto de su edad opina: “Envejecer puede ser agradable e incluso divertido si sabes cómo emplear el tiempo, si estás satisfecho con lo que has logrado y si conservas la ilusión”.
