Faltan poco más de dos semanas para Navidad y la urgencia por la búsqueda de los mejores precios ya se hace notar. La Salada sigue siendo una de las opciones más económicas a la hora de las compras y se va renovando día a día. Los vendedores nuevos que no tienen su puesto en las ferias huyen de los controles de los trabajadores del municipio para poder ganarse el pan.
Las ferias de La Salada históricamente fueron Urkupiña, Ocean y Punta Mogotes, pero qué sucede con los cientos de vendedores que trabajan por fuera de estos mega monstruos de compra y venta.
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Los principales perjudicados son los que se dedican al rubro de la gastronomía, estos puesteros llevan sus carros con garrafas para cocinar todo tipo de alimento, desde la muy popular salchipapa hasta tripa gorda. Estos son perseguidos por los municipales de inspección y control que les obligan a desarmar su puesto y retirarse del lugar. Sin embargo, todo se vuelve el cuento del gato y el ratón, cuando los puesteros ven a los que realizan los controles se van, pero cuando estos últimos se dirigen hacia otro sector, los primeros vuelven.
Los últimos años fueron muy difíciles para la clase media y media baja. Miles de argentinos se quedaron sin trabajo y tuvieron que buscar nuevos métodos para poder alimentar a sus familias. En La Salada se puede encontrar todo tipo de producto, inclusive árboles bonsái a tan solo mil pesos. “Antes de la pandemia era cocinero y panadero, también fui remisero pero deje de hacerlo cuando me robaron el auto. Pasó todo en menos de un año, hoy estoy vendiendo bonsáis y lo único que pido para Navidad es que me salga un laburo”.
Jonatan es vendedor de huevos en La Salada, pero no es cualquier vendedor de huevos ya que pensó en una nueva estrategia de venta que de a poco le está dando sus frutos. Él observaba que los puesteros con carros de comida perdían mucho tiempo en ir hasta la verdulería más cercana para comprar los huevos, por lo que se veían afectados los ingresos que estos tenían. Entonces, qué mejor que llevarles los maples hasta los carros donde están vendiendo. Jonatan tiene 31 años y también es estudiante de Ingeniería. Emprendedores hay en todos lados, solo basta una idea.
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Las opiniones sobre los precios en las ferias no son unánimes. La inflación llega a todos lados, inclusive a La Salada y el valor del dólar también repercute. La gente no solo tiene que hacer malabares para llegar a fin de mes, sino que desde la primera semana de diciembre tiene que ver cómo hacer para poner algo debajo del pinito de Navidad.